Renovarse o morir, amigos míos :)

Se está acabando el año y, así a lo tonto, hace casi tres que comenzó la andadura de este Ojo Que Te Mira. En este blog desde siempre ha pesado más (o eso quiero creer!! XDDD) el fondo que la forma, que no era más que una plantilla automática de blogger a la que yo añadí mi propio ojo(¿la recordáis?? Si no la recordáis, tenéis memoria de pez, porque estuvo hasta ayer!! XDDD).

Pero se da la circunstancia de que mi informático favorito estaba con ganas de jugar a hacer blogs, y me ha regalado este pedazo de cambio de imagen!!

A mí me parece mil veces más chulo que la primera versión del Ojo, así que estoy super orgullosa de cómo va a terminar el año este pequeño espacio de mi vida :)

Se da también la circunstancia de que mi informático favorito es también la persona a la que probablemente más le gusta la Navidad en el mundo, así que tengo que tomarme esta transformación como mi primer regalo de Reyes... se ve que este año he sido super buena!!! ;)

Es probable que este sea el último post del año, porque ahora tengo unos (merecidos!! XDD) días de vacaciones, así que aprovecho el estreno de mi nuevo Ojo para desearos una SUPER FELIZ NAVIDAD, y una salida y una entrada geniales!

Si esta mañana no lloviera, y los cristales no estuvieran empañados, y desde la mesa de la cocina alcanzase a ver la calle.
Si el aire que me revuelve la melena fuera el mismo que provocan tus dedos flotando a mi alrededor.
Si el despertador no hubiera sonado, o si al menos lo hubiera apagado sin darme cuenta y hubiera seguido durmiendo aún unas horas.
Si no fuera Navidad.
Si tuviera billetes sin retorno para el tren de tus brazos.
Y si mirarte fuera el estado natural de las cosas...
Y, sin embargo, sonríes, porque sabes que es tan fácil echar por tierra mis excusas.

A estas horas ya han salido unos cuantos premios de la Lotería de Navidad, pero de momento sigo siendo igual de pobre que cuando me levanté esta mañana. Estoy tranquila, porque aún no ha salido el Gordo, que es lo que aspiro yo que me toque!! XDDD

Ya sabéis, soy una friki del sorteo este, me encanta verlo y escuchar el soniquete ese de los niños cantores. Hasta ahora nunca me ha tocado nada. Que yo recuerde, ni un triste reintegro. Pero eso se va a acabar esta mañana!! jejeje!!!

Esta mañana a primera hora he leído un reportaje de El Mundo que hablaba de las posibilidades de que te toque hoy un premio y, si no he entendido mal, son más o menos las mismas de que te conviertas en santo (lo digo en serio!! XDDD)

Es curioso, porque hay otros sorteos, los de La Primitiva o La Quiniela, por ejemplo, que son mucho más fáciles de ganar (estadísticamente). Y en la mayoría el premio gordo es mucho más gordo (el Euromillón, por ejemplo, que va variando, ahora mismo está por 59 millones de euros, mientras que el gordo de este sorteo son solo 300.000 euros por un décimo). Y sin embargo, la participación en este sorteo es infinitamente mayor...

Yo tampoco juego al resto de sorteos, pero aquí tengo apuntados todos mis numeritos para hoy... un decimo del curro, una participación del pueblo, dos décimos a medias con mis hermanas regalados y una participación de 0,12€ que me dieron ayer en una tienda XDD

En fin... Adiós, pobreza!!! XDD

De repente, es Navidad. Bueno, no todavía, pero ya me entendéis: luces de colores, hilo musical de villancicos, aglomeraciones en la Puerta del Sol y todo eso. Y parece que es obligatorio hacer borrón y cuenta nueva (año nuevo, vida nueva, etcétera), o mirar hacia atrás y escribir tus memorias. No me da la gana tirar a la basura tantos días, ni empezar de cero, porque eso sería desperdiciar todo este tiempo respirando. Así que cierro los ojos y pienso que en enero vi debutar a Morón. Que en febrero enseñé a Simón la nieve. Que en marzo se fue Tío Candi. Que en abril Marta me dio una vuelta por Bélgica. Que en mayo volvimos a juntarnos todos en el Taskópolis para celebrar que pasa el tiempo. Que en junio trasladamos el gabinete de marujas a la piscina. Que en julio Simón me regaló Asturias. Que en agosto nació Javier. Que en septiembre Sara voló a Italia. Que en octubre mis niños dejaron de ser niños. Que en noviembre nació Rebeca. Y que vuelve a ser diciembre otra vez.

Lo bueno de los años es que son tan cortos que caben en un post. Lo bueno de los años es que son tan largos que no caben en 365 días. Lo bueno de los años es guardan un montón de historias que, cuando llega diciembre, las tenemos olvidadas, pero que pueden salir de nuevo a la luz en cualquier momento, cuando menos te lo esperas.

Para los pocos días de vida que le quedan al 2009 aún tengo previstas unas cuantas historias de esas que no caben en sus momentos correspondientes y que se salen de las barreras del tiempo.

Tal vez lo bueno de este año es también que, como a este post, todavía le queda espacio para añadirle unas cuantas palabras más.

Pues eso...
Estoy enfadada, y solo tengo ganas de escuchar música revolucionaria...

Pucherazo en toda regla y de los grandes. Pero en el buen sentido de la palabra, claro!!
Y sí, esa palabra tiene un sentido bueno, y quien no lo crea es que aún no conoce a El Puchero del Hortelano.

Yo tampoco los conocía hasta hace mucho, pero enseguida me enganché a sus ritmos flamencos y alegres, a sus giños descarados y nuevos, y la confirmación de que se han convertido en uno de mis grupos favoritos fue este sábado en el pedazo de concierto que dieron en Murcia.

Se veía venir escuchando su disco en directo, pero es uno de esos grupos que gana (y mucho) de cerca y sobre el escenario, y sobra decir que lo dieron todo, lo tocaron todo y se crecieron hasta salirse de la sala!

Pues eso, que estoy todavía palmeando (y eso que al final las manos ya dolían) y bailando y cantando con acento de Graná :)

Son tan grandes, que no puedo dejar de recomendaros que entréis en su web, que escuchéis sus discos (se descargan gratuitamente ahí mismo), que os empapéis de su directo y que los disfrutéis!

Os dejo con lo que fue el cierre del concierto, después de dos bises (como eran dos canciones, y quería meterlas las dos y no estaban por ahí, lo he hecho yo misma y se nota un poco el corte. Lo siento, no domino mucho el programa que he usado y es lo mejor que he podido hacer :) Aún así, espero que os guste!!!)

Hizo de su arte su forma de vida. Y no porque las ventas de sus obras le dejaran millonarios beneficios. Era, simplemente, que la ficción que le rodeaba había superado a la realidad, y ya no era posible distinguir entre lo recién creado y lo que siempre estuvo ahí.

Hoy es un día feo, no solo porque es lunes, que ya podría ser motivo suficiente, y no solo porque hace frío y llueve, y Madrid está ahora más vacío que ayer. Además, medio país está de puente, seguramente durmiendo calentito en su cama, mientras yo estoy aquí currando (ya veis cuánto!! XDD)

Pero sucede que aún así pasan algunas cosas buenas. Es un lunes medio viernes, porque mañana es fiesta. Y después del viernes verdadero, viaje, rodaje y concierto (quién da más??). Y las previsiones dicen que no habrá lluvia mañana. Y todo el mundo tiene algo de lo que reírse.

Y, por si no encontráis nada así de repente, unas cuantas risas. Para los que, como yo, estáis trabajando en lunes, en puente, y con lluvia :)

Me encantas porque eres impredecible, imprevisible, como el viento, que cambia de rumbo cuando menos me lo espero, y me revuelve el pelo y se me cuela por todos los rincones, por grietas que ni siquiera sabía que estaban ahí.

Me descolocas, como un huracán, nunca como una brisa, que ni la notas, que te deja indiferente, que es prescindible y transparente. Pero tú no. Tú eres de colores, traes todos los colores cuando me rodeas con tus dedos helados y me haces cosquillas en la cintura, en esa franja de piel que siempre queda al descubierto.

Me erizas, con tus caricias de aire, fugaces pero firmes. Con tus besos de aire, que hacen volar mis ideas. Con tu fuego de aire que arranca de cuajo los cimientos de mi vida.

Eres vendaval. Y eso me encanta. Y me descoloca. Y me eriza.

Hay olas que sacan a la orilla los restos de un naufragio, trozos de madera corroída y blanda de tantos años bajo el mar, tenedores oxidados y otras cosas a las que solo un niño sabría calcularles el valor real. Y hay olas que traen mensajes en botellas escritos mucho antes de que se pudiera cruzar el océano con solo un clic.

Hay olas que, en lugar de espuma, llevan algas verdes, como hilos, que se enroscan en los tobillos y hacen cosquillas en los pies.

Hay olas que parecen lluvia, que salpican y se mezclan con la arena, y dan de beber a las conchas vacías que esperan semienterradas a que algún buscador, o algún turista, las encuentre, y las lave, y haga con ellas un collar.

Hay olas que borran lo que habías escrito con los dedos, para bien o para mal.

Y hay olas que son solo olas, y que hacen imposible creerse que hoy está lloviendo en Madrid...

Cuando recorro tu silueta con las yemas de los dedos -con los dedos de las manos desde la frente hasta la cadera, y con los dedos de los pies desde la cadera hasta que se cierra el círculo completo de tu cuerpo-, tengo la certeza de que nuestro estado natural pasa por el abrazo desnudo y vacío de todo artificio.

Cuando los señores de la guerra y los reyes empezaron a recibir a sus palomas mensajeras sin ningún rollo de pergamino atado a las patitas, montaron en cólera, y trataron de mandar nuevos emisarios para que dieran la orden de matar a sus antiguos informantes. Pero también los emisarios habían desaparecido. Y los soldados, de todos los rangos, y también los campesinos, los artesanos, los ganaderos, y hasta las putas.

El hombre sabio y solitario que siempre hay en todos los cuentos los reunió alrededor de una de esas mesas enormes y frías de caoba.

-Pueden fundir las espadas, señores. Se acabó la guerra- les dijo.

Los señores de la guerra y los reyes se enfurecieron y le gritaron que estaban preparados para iniciar una nueva. Y el hombre sabio y solitario se rió: realmente los poderosos nunca entendían nada.

-Se acabó la guerra, porque se acabaron los hombres. No queda ni uno vivo- les dijo mientras se alejaba.

Solo entonces los señores de la guerra y los reyes se dieron cuenta que también ellos estaban enfermos de muerte, con las heridas abiertas manando sangre.

¿Os acordáis de ese estúpido anuncio que preguntaba a qué huelen las cosas que no huelen? Es que iba a empezar este post preguntando a qué huele Madrid, y automáticamente se me ha venido eso a la cabeza, cuánto daño ha hecho la publicidad, madre mía! XDD

Pero no es de publicidad de lo que quiero hablar, sino de olores. Yo no tengo un olfato especialmente fino pero, por ejemplo, hay colonias que asocio automáticamente con una persona y si voy en el metro y huelo esa colonia me doy la vuelta con una sonrisa esperando encontrarme al dueño.

Pero Madrid no huele a nada. Me di cuenta el sábado: salí a la calle, había un poco de niebla, pero no hacía frío, Higuera estaba completamente desierta y me paré y respiré. Y olía a Higuera. Olía a madera quemándose lentamente en la chimenea, a encinas, a tierra. Olía a tranquilidad y a silencio. Os lo juro, se olían y se respiraban la tranquilidad y el silencio. Olía a campo, no sé, a lo que siempre huele el pueblo, pero nunca me había parado a pensarlo. Es que creo que en verano, entre el calor, las fiestas y la gente, no se huele.

Me quedé un rato dándole vueltas al asunto, porque nunca me había dado la impresión de que Madrid oliese a algo. Mazarrón huele a mar, Murcia a calor, Vitoria a lluvia y Sevilla a flores. Así, que yo recuerde de pronto. E Higuera huele a Higuera. Pero, lo he comprobado esta mañana, Madrid no huele a nada.

Qué pena, ¿no?

Son tiempos convulsos. Cuando ya no hay nada que perder ni nada por lo que ilusionarse, solo queda echar un órdago, así, sin mus, sin descartes y sin señas. Sabiendo que tienes cartas, pero que la jugada puede salir mal, como en todos los juegos de azar. Al final, la técnica importa, pero no es definitiva.

Después de tantas veces diciendo sí sin pensar, un no puede ser el golpe de efecto definitivo para romper el hielo. Y para que se corte el aire. Para que se acaben las excusas. Para asumir que tal vez, que lo que pudo ser y no fue, que el rechinar de dientes. Aunque por el camino haya que destrozar algún corazón. Porque, total, de eso ya sabemos un rato. Un rato que empieza a ser demasiado largo.

"
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.

Estaba el martes buscando información sobre la biografía de Francisco Ayala para escribir una noticia sobre su muerte, y eso me llevó a descubrir una cosa super curiosa que no tenía ni idea de que existiera: se trata de La Caja de las Letras. Os cuento.

Resulta que la sede del Instituto Cervantes en Madrid era antiguamente la sede del Banco Central (un banco actualmente desaparecido) y por eso tiene en su sótano una caja acorazada con muchas cajas fuertes. El Instituto Cervantes decidió darle una utilidad a esas cajas fuertes y pidió a "personalidades de la cultura hispánica" que dejasen "legados" en las cajas, y que fijasen una fecha para abrirlas.

El primero que dejó un legado fue precisamente Ayala, lo hizo el 15 de febrero de 2007, y su caja se abrirá en 2057, será la última (al menos de momento).

En total hay doce personas con una caja fuerte en el Instituto Cervantes, en las que han metido lo que les ha dado la gana y les han puesto una fecha de apertura... cuanto misterio, por Dios!!!!

Ahora mismo tengo más ganas de atracar el Instituto Cervantes que el Banco de España!! XDDDD

La primera caja que se abrirá es la de Manuel Alexandre, en 2017, así que nos queda todavía un poco para saber qué metió dentro. Espero acordarme para entonces, ahora mismo la curiosidad me está matando!! XDDD

Todavía no sé qué metería yo si tuviese una caja... imaginaros, qué responsabilidad, qué nervios y qué todo!! XDD Seguramente pondría como fecha 2083, el centenario de mi nacimiento, jajajaja!

Habitación, interior, noche. ESTHER está tumbada boca abajo, con la cabeza apoyada en el hombro de HÉCTOR. Solo hay una luz tenue, que viene de una pequeña lámpara en la mesilla. Comentan algo y se ríen. Seguramente llevan hablando toda la noche. El reloj, un despertador digital, marca las 4:38

Dame cuatro motivos para continuar despiertos

No puedo

¿No puedes?

No... ¿Recuerdas que te dije que estábamos viviendo un sueño? Hablaba en serio...

Funde a negro.

Cuando aquí en Madrid dices 2016, la gente solo piensa en las frustradas olimpiadas.
Yo tuve muy poco espíritu olímpico (por no decir ninguno, aunque sea políticamente incorrecto decirlo!! XDD), pero sí tengo otra corazonada (he estado a punto de no escribir la horterada esa, por si está maldita!! XDD) que no tiene nada que ver con el deporte: es sobre la candidatura de Cáceres para convertirse en Capital Europea de la Cultura en ese año.

En el post anterior hablaba de El Desván del Duende, ya sabéis, mi grupo favorito :D
A ellos les conocí precisamente porque ganaron un concurso e hicieron la canción oficial de la candidatura. Eso hizo que fueran a tocar al Extremúsika para darse a conocer. A su vez, gracias a conocerlos a ellos, me enteré de que existía esto =).

Este es un post publicitario (XDD) para incitaros a votar por Cáceres!! XDD

En realidad, lo único que se puede hacer es dar apoyo ciudadano a la ciudad (valga la redundancia), porque quien decide la ganadora es el Parlamento Europeo.

Aún así, estoy segura (y deseosa!! XDD) de que gane Cáceres!!

Así que, os dejo:

*El enlace a la web para que conozcáis la candidatura de Cáceres

*El enlace al sitio donde podéis (y debéis!! XDDD) votar por Cáceres

*El canal de Youtube, por si queréis ver vídeos varios de la candidatura y la ciudad

*Y una de las cosas que han hecho para promocionar la candidatura, y que me hace mucha gracia... Vamos, que me han puesto una calle en Cáceres por apoyar la iniciativa!! XDDD
No os lo creeis??? Pinchad!! XDDD
Si lo apoyáis, quizás también os pongan una a vosotros!! :P

Cada año tiene dos o tres momentos que para mí son LOS momentos (las fiestas de Higuera, el curso de cine y alguno que otro XDD), y luego están los grandes eventos inesperados.
El de ayer era uno de esos Grandes Eventos, posiblemente EL evento y, como seguramente sabéis, si no tiene que ver con Higuera, con el curso de cine o con nacimientos varios, tenía que ser un concierto. Y un concierto grande y esperado. Y es que no es fácil verles por aquí, pero cuando vienen... lo dan todo!

Sí, estoy hablando de El Desván del Duende :D


Ya tenía ganas de verles en un sitio a su altura. La sala Taboo se quedó pequeña, el Día del Libro se quedó corto y aquella primera vez en Getafe solo iban como teloneros. Pero ayer, como protagonistas de la Heineken... en fin, eso sí que fue un concierto!!

Desde el escenario Jose Díez decía que a veces no se saben explicar las cosas, así que no me voy a enrollar mucho más, porque no vale la pena. Cantaron el nuevo disco entero y buena parte del primero, y hubo poesía, jaleos, bailes, risas y sobre todo buen rollo.

Hacía tiempo que no bailaba tanto y con tantas ganas. Cuando acabó el concierto me dolían las manos de dar palmas y la cara de tanto sonreír (no es coña!!), pero es que tienen una capacidad infinita de transmitir alegría. Y es duradera: es lunes, y mira que contenta estoy todavía!! XDDD


Llevo un rato pensando qué frase o qué canción poner, pero es que no sé, no me decido... me gustan todas!!! XDD
Y el disco nuevo todavía no me lo sé bien... así que mejor os dejo el enlace a su web y así probáis vosotros mismos!

Se veían cada mañana, en un estado semiinconsciente a medio camino entre el sueño y la vigilia, en la parada del autobús. El destino los había juntado precisamente allí, en un lugar tan práctico y tan cotidiano, y ellos ni siquiera se habían dado cuenta, así de bobos eran. Hacía ya más de un año. Otra vez había llegado el verano, y pronto se irían de vacaciones, probablemente sin haber entendido siquiera que todo se conjugaba para que estuvieran juntos. Nunca se habían saludado. Ella con su eterna carpeta bajo el brazo, él con la mochila a cuestas. Recordaba un poco a un caracol bajo su caparazón de calcita, y también se movía despacio, aunque es posible que por el efecto del sueño.

Aquella mañana, tal vez la última, no fue distinta: ella llegó un poco antes, él se colocó a su lado y apenas se miraron. Sus sombras, atónitas, comprendieron que les quedaban pocos segundos antes de que apareciese el autobús, y que aquella mañana tampoco, nada.

-Esto no puede seguir así- dijo la sombra de él.
-No aguanto más- dijo la sombra de ella.

Estaban enamorados desde el primer día que coincidieron y habían probado todo para que los cuerpos que las proyectaban se enamorasen también. Pero imposible. El amor es caprichoso, y no admite órdenes ni trucos. Así que suspiraron y decidieron que debían pasar a la acción, por drástico que pareciera.

Y, desafiando todas las leyes naturales, las sombras se estiraron hasta encontrarse en un beso. Luego llegó el autobús.

Ella entró primero y tuvo la sensación de que se le había caído la carpeta, o algo. Pero seguía llevándola en la mano. Y siguió de largo. Luego subió él, y también se sintió liviano. Se palpó la mochila y ahí estaba, cargada hasta arriba. También siguió. No fue hasta la tarde cuando notaron que lo que les hacía ir tan ligeros era la ausencia de sus sombras. Pero ya era tarde: ellas se habían quedado pegadas a la acera, besándose para siempre.

Estaba dando una vuelta por los blogs y he visto que a AdR nunca se le dieron bien las matemáticas (o eso dice). A mí no se me dieron mal... hasta que empecé a no enterarme de nada (XDDD), pero esa declaración me ha llevado a acordarme de dos conversaciones que tuve ayer.

1.Volvía a casa con Nadime y pensábamos en sacarnos el CAP y hacernos profes de cualquiercosadesecundaria. Pensábamos principalmente en la asignatura de Lengua, claro. Siempre fue mi favorita.

2. Estaba cenando con Laura y Bea, y Laura nos contaba anécdotas de sus niños. A algunos de sexto les da matemáticas y se sorprendía de lo fácil que le parecía ahora y de las explicaciones pa'tontos que vienen en los libros de texto. Decía que en su momento le pareció una asignatura difícil y que no entendía cómo ahora lo veía tan sencillo, si no ha seguido estudiando mates jamás de los jamases.

Y empezamos a preguntarnos qué exámenes y de qué nivel aprobaríamos.

Laura decía que mates de segundo de la ESO como mucho. Bea, que a lo mejor las de Bachillerato. Yo... el último año que estudié mates fue en segundo de BUP, que equivale ahora a cuarto de la ESO. Así que me acojoné. Preferí decir que yo, Lengua de COU. Aunque quién sabe. Me da tanta pereza pensar en exámenes...

El secreto de sus ojos, en otro tiempo de un azul intenso casi irreal, consistía en la proeza de entender detalles que al resto de los mortales se nos escapaban. Así, sabía que la letra A es de color lila o que las texturas rugosas que hacen cosquillas en las yemas de los dedos tienden a tener tonos brillantes.

El secreto de sus ojos, envueltos en un marco de pestañas largas y nunca maquilladas, escondía también la cualidad de traspasar la materia y llegar hasta el interior, hasta lo más profundo de cada persona y de cada cosa, incluso de cada caso y de cada asunto.

El secreto de sus ojos, de pupilas siempre fijas, dejaba adivinar que no hace falta ver la línea de meta para cruzarla con la mejor marca, incluso batiendo records.

De otra forma no se explica la manera en que había levantado un mundo inspirado en el tacto y envuelto en fragancias, con el sabor dulce de las notas musicales. Y de colores alegres, se imaginaba, aunque no pudiera verlos. Auque nunca los hubiera visto.

Siempre cerrabas con llave aquel cajón de la cómoda, y me dejabas con un signo de interrogación que tenía el punto en mis pupilas. Supongo que la llave estaba por ahí, en alguno de tus bolsillos, pero nunca me atreví a preguntártelo, y la intriga parpadeaba, aparecía y desaparecía de forma irregular, me envolvía y me olvidaba sin darme explicaciones, haciéndome dudar de si debía pedírtelas.

Hoy, cuando la llave ha caído al suelo y me has preguntado si quería cogerla y quedármela, me he dado cuenta de que estaba demasiado vieja y oxidada para poder abrir nada. Por la cerradura hueca del cajón he visto salir la carcajada de las dudas y los secretos que siempre nos ha gustado contarnos.

Un poquito de alegría para estos días aburridos, y para empezar octubre con buen pie!!




Es bonito Badajoz, ¿no?
Voy a tener que ir a verlo...

Migraremos a Saturno en cuanto esté terminada la nave, por eso debemos darnos prisa. Cuanto antes salgamos de este desierto en ruinas, mejor. Así que -acércame la llave allen. No, esa no, aquella que hay a tu derecha- vete preparando las maletas. Calculo que no tardaremos más de cuatro o cinco días. Y, una vez que subamos, no habrá vuelta atrás. Pero no te preocupes, te encantará Saturno. Si quieres, podemos vivir en uno de sus anillos, ya verás, será como vivir en una isla. Creo que sí, que hay grandes lagos allí. No volveremos a pasar sed. Ya sé que la última vez que migramos no mejoró mucho nuestra situación. Y papá dijo que sería provisional -¿dónde estará ahora papá?- y ya parece que llevamos aquí un siglo. Pero, tranquilo, Saturno no es Darfur. No es como esto. No hay campos de refugiados, ni platos vacíos, ni cooperantes quemados por el sol que se marchan cuando empiezan a cubrirse de polvo. Seguro que, cuando lleguemos a Saturno, recuperas la voz. Me gustabas más cuando hablabas. Pero a veces yo también preferiría haberme quedado mudo al llegar aquí, como tú... Pero en Saturno todo será diferente, ya verás. Pásame esas arandelas, no tenemos tiempo que perder.

Nunca te dije la verdadera razón por la que tú y yo nos besamos esa noche.

No fue por los borbotones de sangre que se pelearon por salir de mi corazón cuando te vi ahí plantado, como en un espejismo, en una calle que te era ajena. O por lo menos no solo. No fue el escalofrío que me recorrió la espalda cuando nos chocamos sin querer en aquella acera tan estrecha, ni saber que no te atrevías, que no te habrías atrevido nunca, a mirar de cerca las líneas de mi mano. No fue porque de repente me vino a la mente el sonido de tu risa, igual, idéntico, que el primer día; tampoco porque me negara a no escucharte más al otro lado del teléfono. No fue por el acento de tus palabras al ponernos al día, ni por cómo se te cierran los ojos cuando no hace falta mirar. Ni siquiera fue algún punto suspensivo fallido, o algún intento de cuento, o algún mensaje a deshora tirado a un mar desconocido en una botella de cristal. No fue una canción, ni un poema, ni un pecado. No fue una palabra, una mirada, tus lunares.

Si aquella noche nos besamos fue porque tú habías visto una estrella que estaba sola en el cielo. Y porque yo sabía que si esa estrella estaba sola, era porque todas las demás estaban alineadas con ella.

Desde El CuentaCuentos
Foto

Menos mal que, al final, ayer dejó de llover un rato, porque si no, no sé si nos habríamos ido hasta Fuenla a ver a Huecco. Y habría sido un gran error perderse ese conciertazo!

Como luego resulta que por ahí me echan en cara que no llevo de turismo a quienes me visitan en Madrid, el sábado me volví una persona cultísima, y me pasé la tarde en el Reina Sofía, una visita que os recomiendo encarecidamente.

Yo sólo había estado una vez viendo una exposición temporal sobre Picasso, y la verdad es que lo que tienen de él en la colección permanente del museo es lo que más merece la pena. Es curioso, porque aunque no tengas ni idea de arte (y no digamos ya de arte moderno), ves un cuadro suyo y, antes incluso de leer el cartelito, ya estás pensando "me gusta ese".

Pasa lo mismo con los dibujos surrealistas y absolutamente raros (creo que es la palabra más adecuada) de Dalí o con los puntitos y rayas de niño pequeño de Miró. O con los grabados de Los desastres de la guerra de Goya (no tenía ni idea de que estuvieran ahí y fue toda una sorpresa!!).

Supongo que por eso son los genios, y por eso no se quedan ahí en el olvido, sin pena ni gloria, como muchas de las otras cosas que hay en el museo. Porque, no nos engañemos. En el Reina Sofía hay cuadros regulares, feos e incluso horrorosos. Si no me creéis, id a verlo, que por las tardes la entrada es gratuita :)

Lo que en realidad iba a contar es que nos envolvió el Gernika.



Menos mal que lo vimos lo último, porque después de eso, te quedas como embobado. Es un cuadro completamente alucinante, y os invito a que lo veáis allí en persona, porque en foto no tiene nada que ver con la realidad.

Como en cualquier libro de arte, o en cualquier wikipedia explican el cuadro mejor de lo que yo puedo hacerlo, solo diré que, de todo lo que aparece en el lienzo, me quedo con la mujer que lleva el quinqué.

En algún sitio he leído que representaba a la República decadente, pero yo creo simplemente que es la imagen de esa gente que hay en todas partes que es capaz de aportar luz al mayor de los desastres. Para mí, es la esperanza del bombardeo.

Aunque, si lo que queréis es un cuadro de guerra, mirad a la mujer que lleva a su hijo muerto en brazos. Y luego que alguien me explique si hay alguna guerra que merezca la pena...

La boda acabó a lo Kill Bill, con balas y sangre a chorros resbalando por el suelo. Pero esta vez, la que disparó fue la novia. No fue con una pistola, es evidente: esas cosas solo pasan en las películas. Aquí, el disparo fue de palabras.

Dijo "no", pero el novio, y los padrinos, y las compañeras de trabajo, e incluso la tía Rita, que siempre había tenido un oído finísimo, especialmente para los chismorreos, entendieron "bang".

El disparo, claro, iba dirigido al novio, pero creo que lo recibió el cura, que puso unos ojos como platos y todavía acertó a balbucear una pregunta o algo así.

Luego "no, no, no, no". Más y más sangre. Y cada paso saliendo de la iglesia iba dejando otro y otro y otro estallido a su alrededor. El griterío y la confusión fueron enormes.

Fue mi hijo el que juró venganza: aunque pequeño, era lo suficientemente listo para saber que en aquella boda no iban a darle de postre la tarta que tanto le gustaba.

Todas las mañanas del mundo no fueron suficientes para dar color a sus sueños. Así que empezó a ocupar también los mediodías, y luego las tardes, y las noches. Al final, aquel mundo de irrealidad traslúcida se le quedó pequeño y decidió despertar y utilizar todas las mañanas del mundo para dedicarse a aquello que debió hacer desde el principio: vivir realidades.


Para El CuentaCuentos

Cada vez le llevaba más cestas a la abuelita, y eso que todos sabían que el bosque era un peligro. Por eso la madre se olió algo pero, claro, quién puede impedir el amor.
Al principio era los fines de semana. Luego empezó a ir también los martes, y los jueves, al final era casi a diario, siempre que no tenía exámenes.

Salía tapada con la capa, pero era evidente que debajo se ponía ropa que antes no usaba, vestidos, camisas que realzaban su talle, y un discreto toque de maquillaje. Caminaba despacio porque sabía que la madre miraba por la ventana, pero en cuanto doblaba la esquina aceleraba el paso, y se adentraba en el bosque al borde de la carrera, nerviosa y contenta a partes iguales.

Donde empezaba el atajo, allí la esperaba siempre el lobo. Tiraba la capa y la cesta unos metros antes y saltaba en sus brazos, fuertes y seguros, y se besaban en el aire. Las viandas para la abuelita podían esperar. En realidad, todo puede esperar en un momento así.

No me vengas ahora con lo de los amores imposibles. ¿Quién puede poner en duda un beso, por mucho lobo, y mucha niña, y mucha capa de felpa de cuento de hadas? A veces, la vida de después de una historia es así de loca, y así de real, y así de feliz.

Como en verano no hay noticias -o será que, aunque no lo parezca, los periodistas también necesitamos descansar en algún momento-, los medios se dedican a publicar estudios. El de ayer era sobre la felicidad, y la conclusión es que los españoles somos, junto con los italianos, los más felices de Europa.

Yo estoy segura que es por el clima, pero de eso no habla el estudio. El caso es que un 60 por ciento de los que encuestaron aquí dijo que era "feliz" o incluso "muy feliz".

Bueno, aunque sean más que en el resto de países, me preocupa que cuatro de cada diez personas de este país no se sienta feliz... pero no era de eso de lo que iba a hablar hoy.

De lo que iba a hablar es de que me he puesto a pensar si yo era o no feliz. Así que aquí os dejo seis cosas que me han hecho feliz en las últimas 24 horas:

1. En unas cuantas horas iré a buscar a Simón a la estación

2. En unas cuantas horas más conoceré en persona a Javier

3. Volví a ver a Bea y a Pinchi, y nos contamos el verano

4. Nos reímos de las mismas batallitas de siempre cenando con Ali -y eso sí es reírse de verdad.

5. Como no había leche en el frigorífico, he abierto un cartón nuevo. Me encanta el colacao a temperatura ambiente.

6. Encontré el marco de fotos perfecto, y le llevamos a Miri lo que estaba prometido.

¿Veis que fácil?

He vuelto.

La verdad es que no tenía ninguna gana, pero -curiosamente- en este primer día de la vuelta al cole- tengo una sensación de extraña felicidad.

Tal vez porque en el mes de vacaciones que he tenido me ha dado tiempo a descansar mucho y ha hacer un millón de cosas. Por una vez, y sin que sirva de precedente, tengo la sensación de que las vacaciones han durado lo que realmente duraban, un mes, y no un suspiro, como otras veces. Que no digo que no me hubiera quedado otro mes más por ahí, y luego otro y otro, pero tengo la sensación de que me han cundido.

Me niego a tener depresión postvacacional, porque todavía me queda una escapada a Higuera, ahora que el pequeño Javier está a punto de hacer su aparición estelar en el mundo.

También me niego, porque lo bueno vivido no se merece otra cosa que ser recordado con una sonrisa.

Los días en Asturias fueron redondos: buen tiempo, con fresquito nocturno, sol a montones en Gijón, lluvia de despedida, sidra, chorizos a la sidra, culines de sidra y sidra escanciada. Y un baño de prerrománico alucinante. Y mucho verde mezclado con el azul del mar. Y un heledo increíble de arroz con leche. Y autobuses perdidos, las aventuras del CityExpres, las noches desiertas, el silencio de las estatuas.

Los días en Mazarrón no los cambio por nada: ni tostarnos al sol, ni las siestas de tres horas, ni el cine de verano, ni el kebab en el puerto, ni cocinar... ni, por supuesto, esos quince días juntos.

Los días en Higuera han sido mejor incluso de lo esperado: pocas, pero bien avenidas, en el punto exacto de equilibrio entre la fiesta, las risas, la piscina, el calor y el descanso.

Así que me quedo con lo bueno y, en fin, Madrid tampoco está tan mal, creo que podré aguantar hasta que el viernes coja el coche rumbo al pueblo de nuevo.

Pues sí, el ojo se cierra, se va a dormir un rato.

Ha llegado el momento de mis (muy merecidas) vacaciones, así que, me voy. Lejos de Madrid y más lejos aún de los ordenadores, que ya toca desconectar un poco.

No voy a tener la posibilidad de conectarme a internet, y si por un casual tengo cerca un ordenador -que lo dudo- y lo enciendo -que lo dudo aún más-, será solo para cargar el iPod o para comprar billetes (solo de ida, porrrr favoooooooor!!! XDDD)

Solo va a ser un mesecillo, vuelvo al currele el 17 de agosto -ains, tantos días de trabajo para tan pocos de vacaciones, qué mal hecho está el sistema laboral!! XDD-.

Entre tanto, voy a ver si siento el fresquito de Asturias, el calorcito de Murcia, y el fresquito y el calorcito que se mezclan en Higuera. Ya os contaré, la cosa promete.

Sed buenos. Disfrutad del verano. Descansad. Vaguead. Poneos morenos.
Nos vemos a la vuelta! ;)

Más o menos exactamente ahora...

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Y dirás que por qué he elegido precisamente esta. Tengo mis razones. Porque lo primero que pensé fue ¡Cuidado! Y a partir de ahí...

Quizás no fue coincidencia encontrarme contigo, tal vez esto lo hizo el destino. Lo que más quiero es dormirme de nuevo en tu pecho y que después me despierten tus besos. Lo mejor es que sé que pronto estaremos unidos, unida a esa sonrisa traviesa que vive contigo, pronto estaré en tu camino.

¿Sabes? Estoy colgando en tus manos, así que no me dejes caer, lo sabes, mi corazón está colgando en tus manos... ¡Cuidado!

¿Te acuerdas de que no perdimos la esperanza de hablar? Ni nos importó lo que decía el destino. Así que, después de eso, claro que sí, quiero tener tu fragancia conmigo y beberme de ti lo prohibido.

Mi corazón sigue colgando en tus manos.

Seguramente en otro tiempo estuvieron lejos, muy lejos. Pero desde el castillo de tu isla hoy se puede saltar a los laberintos de bosques de la mía. El mar que antes era inabarcable entre ambas ahora se ha vuelto tan pequeño que casi se puede cruzar andando, ya ni siquiera hace falta el esfuerzo de nadar. He bajado hasta la orilla y ya tengo dentro del agua los pies. Está fresquita, pero no tanto como en el norte. Si entras tú también y empezamos a avanzar, calculo que nos encontraremos en el centro en tres, dos, uno... ¡Lo sabía! ¡Ahí estás!

Duermes. Lo sé porque respiras como si el resto del mundo hubiera desaparecido. Y, para mí, es casi una verdad incuestionable que el mundo en este instante se reduce a ti, a tu respiración, a tus labios entreabiertos mientras te miro.

Sonríes. No sé si es que sueñas con los sueños o si intuyes que te miro. Y añado otra a la lista de verdades incuestionables que me encuentro en la penumbra de este amanecer: tu sonrisa mueve mi mundo.

Despiertas. Como si fuese la acción más importante de la historia. Abres los ojos tan lento que es casi imperceptible hasta que me doy cuenta de que me estoy reflejando en ellos. Y no entiendo por qué un día me convencí de que no me gustaban las mañanas.

Soñaba en rojo: cerezas, corazones, manzanas royal gala, esporádicamente el mar homónimo, que todo el mundo sabe que es igual de azul que el resto de los mares, pero que él se imaginaba como un inmenso contenedor de tinta para las plumas de los profesores y otros correctores varios. Pero aquel día se despertó sobresaltado. Tal vez eran sus ojos, que estaban perdiendo facultades, pero se dio cuenta de que los labios, la lucecita estática del semáforo, incluso la sangre, estaban perdiendo pigmentación. Y tuvo tanto miedo, que su única opción fue hacerse daltónico. Ahora ya no distingue entre el cielo azul del mediodía y el rosado del atardecer.

Qué queréis que os diga, me encantan las rebajas.

Llamadme frívola: me encanta ir de compras, probarme ropa y salir de las tiendas cargada de bolsas a lo pretty woman. Y eso suele ocurrir solo cuando hay rebajas: si no, no me llega para tanto la pasta.

Además, hay cosas que es absurdo comprar en otro momento por el doble de precio. Como ese vestido que sabes que, en realidad y aunque te encanta, solo te vas a poner un par de veces en todo el verano.

Así que a mí el agobio de las multitudes haciendo cola en el probador me compensa si encuentro una de esas maravillosas gangas que hacen que te sientas la más lista del mundo por llevarte a casa por cinco euros una camiseta que costaba diecisiete.

En estos momentos, mis compras rebajadas ascienden a: dos vestidos, una camiseta, un bolso, y ropa interior muy mona. Y una minifalda que casi seguro que voy a devolver.

Tengo la misión de encontrar otro vestido más que me probé antes de rebajas y que ahora no encuentro mi talla, pero todo se andará. Y no descarto alguna camiseta más o, incluso, un bikini (y encontrar uno bonito y que te quede bien y que esté rebajado es de nota!! XDDD).

Pero de momento estoy ya un poco saturada de tiendas. Ya veremos cuando me acerco.