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El ojo que te mira

Sombras


Se veían cada mañana, en un estado semiinconsciente a medio camino entre el sueño y la vigilia, en la parada del autobús. El destino los había juntado precisamente allí, en un lugar tan práctico y tan cotidiano, y ellos ni siquiera se habían dado cuenta, así de bobos eran. Hacía ya más de un año. Otra vez había llegado el verano, y pronto se irían de vacaciones, probablemente sin haber entendido siquiera que todo se conjugaba para que estuvieran juntos. Nunca se habían saludado. Ella con su eterna carpeta bajo el brazo, él con la mochila a cuestas. Recordaba un poco a un caracol bajo su caparazón de calcita, y también se movía despacio, aunque es posible que por el efecto del sueño.

Aquella mañana, tal vez la última, no fue distinta: ella llegó un poco antes, él se colocó a su lado y apenas se miraron. Sus sombras, atónitas, comprendieron que les quedaban pocos segundos antes de que apareciese el autobús, y que aquella mañana tampoco, nada.

-Esto no puede seguir así- dijo la sombra de él.
-No aguanto más- dijo la sombra de ella.

Estaban enamorados desde el primer día que coincidieron y habían probado todo para que los cuerpos que las proyectaban se enamorasen también. Pero imposible. El amor es caprichoso, y no admite órdenes ni trucos. Así que suspiraron y decidieron que debían pasar a la acción, por drástico que pareciera.

Y, desafiando todas las leyes naturales, las sombras se estiraron hasta encontrarse en un beso. Luego llegó el autobús.

Ella entró primero y tuvo la sensación de que se le había caído la carpeta, o algo. Pero seguía llevándola en la mano. Y siguió de largo. Luego subió él, y también se sintió liviano. Se palpó la mochila y ahí estaba, cargada hasta arriba. También siguió. No fue hasta la tarde cuando notaron que lo que les hacía ir tan ligeros era la ausencia de sus sombras. Pero ya era tarde: ellas se habían quedado pegadas a la acera, besándose para siempre.

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11 miradas | Lo ha visto Virginia Vadillo

Etiquetas: Cuentos edit post

11 miradas

  1. shura on 21 de octubre de 2009, 17:51

    Me ha gustado, me ha gustado!.

    PD: Sabía que no tardaría en aparecer la figura de un caracol en tus cuentos xDD

    PD2: 111111

     
  2. Ártico on 21 de octubre de 2009, 23:15

    "El destino LES había juntado precisamente allí". Lo siento, me encanta ser un tocapelotas :) =):D ^^ ¡¡LOS!! xdd

    Me gusta la imagen y el final =)

    Un abrazo

     
  3. Emma Grandes on 22 de octubre de 2009, 9:32

    Me encantan las historias donde las sombras son las protagonistas! Será por eso que adoro Peter Pan????

     
  4. Virginia Vadillo on 22 de octubre de 2009, 14:56

    Shura, los caracoles se merecen un cuento para ellos mismos!! XDDD Molan mucho! :D
    222222!! :P :P

    Ártico, vaaaale, vaaleeee ya lo cambio!! XDD

    Emma, es que las sombras molan mucho :) Quizás sea por eso, jeje!!

    Besos a los tres!!

     
  5. Gabriel B. on 23 de octubre de 2009, 15:25

    Lo primero que me vino a la mente al leerte, Virginia, es un hiperbreve que (salvando el tema de la longitud, claro) trata más o menos el mismo asunto :)

    Saluditos con o sin sombra, a gusto de la dama ;)

     
  6. Pugliesino on 24 de octubre de 2009, 22:14

    ¡Me ha gustado muchísimo!

    El como vas escondiendo el secreto del relato hasta que llega ese momento,ese esfuerzo que realizan hasta alcanzar el beso.Genial.

    Deberían cambiar el chip a partir de ahora sobre el mundo de las sombras :)

     
  7. Reithor on 25 de octubre de 2009, 1:49

    muy bien :) Mucha imaginación y un poco de Peter Pan dan como resultado un relato de los que sacan una sonrisa de verdad.

     
  8. Virginia Vadillo on 26 de octubre de 2009, 14:26

    Gabriel, quiero leerlo!! Es tuyo? Dónde está???

    Carlos, gracias!! Es que el primer beso (de carne o de sombras, parece que da lo mismo) siempre cuesta! ;)

    Reithor, me alegro de que te sacara una sonrisa, eso siempre es bueno!

    Besos a los tres!

     
  9. Soñadora E on 26 de octubre de 2009, 15:50

    Me encanta! estoy pasando por una situación similar y me he sentido muy identificada. Seguiré merodeando por aquí con tu permiso.
    Saludos!

     
  10. AdR on 26 de octubre de 2009, 19:24

    La de veces que mi sombra me ha dejado tirado... :D

    Es un cuento para regalárselo a los adolescentes, y que aprendan a perder su sombra.

    Besitos.

     
  11. Virginia Vadillo on 28 de octubre de 2009, 12:42

    Soñadora, bienvenida!! Estoy encantada de verte por este ojo!! Gracias por tu comentario!

    AdR, vaya con las sombras, parece que están rebeldes!!
    Conozco a unos cuantos adolescentes a quienes se lo podría regalar ;)

    Besos!!

     


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Veo el ojo que me mira, no sé qué esperáis de mí. Yo que muero cada día que tú te olvidas de mí... Soy un pez en una jaula, lo que quiero y lo que no, soy todo lo que me pasa... Tú me ves, yo no... (Fito&Fitipaldis)

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