En el césped, boca arriba, el primer sol del año me araña la cara y me hace cosquillas suaves en los pies. Tendida entre el frescor verde y el abrasador naranja, en silencio, con los ruidos de fondo del monstruo de la ciudad. Relajada, con las prisas de la hora de la siesta, y en un sueño, lejos de lo que en unos minutos será un duro (redundante) despertar. La sonrisa se me escapa sin permiso, pero la dejo estar, porque ya llevo bastante rato seria. Y otra vez el sol me envuelve y me ata al suelo, y me impide partir. Como si no hubiese más mundo que mi mente, ni más tiempo que mi siesta, ni más lecho que mi césped, ni nada más importante en que pensar que en cómo convertirme en árbol para hacer la fotosíntesis. Y luego, el mundo real. Pero el mundo real queda tan lejos del aquí y del ahora, queda tan lejos de la hierba, queda tan lejos del rocío, queda tan lejos de este sol, de este primer sol del año...

2 miradas

1. Anónimo on 20 de abril de 2007, 0:27

   Con el trocito de canción que has puesto al final, es fácil imaginar un adjetivo para calificar tus cuentos xDDDDD. Pero bueno, diré algo más y no me quedaré en lo sencillo xDDDD.
   
   Aunque bueno, si hablas de sueño, puessss claro, tengo k decir...
   "el sueño va sobre el tiempo, flotando como un velero..." xDD, donde he escuchado esto¿?¿?¿? xDDDDD.
   
   Y con permiso o sin permiso, déjala estar... xDDDDD.

    
2. Anónimo on 20 de abril de 2007, 12:09

   Bueno, bueno, vaya pedazo regalo me acabas de hacer!! Yo en la vida he escuchado a Camarón, pero ¡mare mía!! Un disco dedicado a Federico... ¡¡eso tengo que conocerlo!!! Estoy deseando escucharlo...
   :-D :-D