La lluvia azota los cristales y chorrea pared abajo, como un río infinito que no llega nunca a su mar. El pelo empapado se le ondula en la espalda, y tirita desde el otro lado de la ventana, esperando a que pare, para no mojarse más. El autobús está a punto de partir, y no ha comprado el billete de vuelta, pero ya da igual. Ni siquiera siente lástima por el día de tormenta, porque sabe que el arcoiris también existe, y que tarde o temprano llega imparable. La tormenta es para un rato, y el monzón es de otro mundo, como si no fuera real.Tiene charcos en el alma y en algún sitio de su cuerpo está el vacío, pero eso tampoco es motivo de preocupación. Sabe que tiene que esperar, y se llena de paciencia: tiene todo el tiempo y más. Y lo bueno de la lluvia es que limpia las calles, deja todo reluciente, como nuevo, y los rincones escondidos de las casas se vuelven fresquitos, pero no con el frío del aire acondicionado, es un frescor natural, que abre las vías respiratorias de la humanidad entera.
Bien pensado, la lluvia es tan necesaria como el sol. Y es bonita. Aunque cale más dentro de los huesos y más allá del corazón. La lluvia es parte del verano, es parte del cielo, es parte de la hierba, es hasta parte de su cuerpo. ¿Por qué luchar contra la lluvia, cuando la lluvia está ahí, cumpliendo su misión?
Aún chispea cuando sale, y el primer pie pisa un charco, pero siente la tranquilidad de quien acepta que las cosas son así. La tormenta, al fin y al cabo, solo dura un rato. Y el monzón no existe aquí.
...por mí... nunca te preocupes por mí...
auunque a veces me ha pillado el chaparrón
sé que ahora la suerte está a mi favor...
auunque a veces me ha pillado el chaparrón
sé que ahora la suerte está a mi favor...
Me encanta cómo escribes... Un relato así es el mejor regalo en un día de lluvia, aunque no llueva. Con tus cuentos consigues que esos momentos o esos recuerdos que pasan por tu cabeza pasen por las de todos los que te leemos. Sigue así!!
Si hoy lloviera, me acordaría de ti, porque he leido tu cuento; tendría relación con lo que está pasando y estaría a la orden del día, digamos que sería interesante. Jejeje, pero hoy no llueve, no importa, me seguiré acordando de tí, porque te he leído y la proxima vez que llueva, seguramente sonría porque con este cuento nos enseñas a ver la lluvia con buenos ojos.
Al mal tiempo, buena cara, dice el dicho. Al mal tiempo, buenos amigos, añado yo.
Veo que sois más afortunados que yo... aquí sí llueve... y esto empieza a ser monzón!! O por lo menos es la impresión que tengo, a un día de irme a la playa, con la crema para el sol comprada y las nubes encima... confío aún en que se pase la tormenta (me han dicho que si existe la justicia, tiene que hacer buen tiempo para el puente, y yo creo que existe, aunque esté escondida ;-) ).
Y, anónimo (cuanto misterio.. ¿quién serás?), muchas gracias por tus palabras, siempre es agradable compartir cosas con otros, más aún si a esos otros les gusta. Encantada de poder verte por este ojo que te mira!!