Orange Green Pink

El ojo que te mira

Saturno en Darfur


Migraremos a Saturno en cuanto esté terminada la nave, por eso debemos darnos prisa. Cuanto antes salgamos de este desierto en ruinas, mejor. Así que -acércame la llave allen. No, esa no, aquella que hay a tu derecha- vete preparando las maletas. Calculo que no tardaremos más de cuatro o cinco días. Y, una vez que subamos, no habrá vuelta atrás. Pero no te preocupes, te encantará Saturno. Si quieres, podemos vivir en uno de sus anillos, ya verás, será como vivir en una isla. Creo que sí, que hay grandes lagos allí. No volveremos a pasar sed. Ya sé que la última vez que migramos no mejoró mucho nuestra situación. Y papá dijo que sería provisional -¿dónde estará ahora papá?- y ya parece que llevamos aquí un siglo. Pero, tranquilo, Saturno no es Darfur. No es como esto. No hay campos de refugiados, ni platos vacíos, ni cooperantes quemados por el sol que se marchan cuando empiezan a cubrirse de polvo. Seguro que, cuando lleguemos a Saturno, recuperas la voz. Me gustabas más cuando hablabas. Pero a veces yo también preferiría haberme quedado mudo al llegar aquí, como tú... Pero en Saturno todo será diferente, ya verás. Pásame esas arandelas, no tenemos tiempo que perder.

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Sa!


Que aprendas a decir queso, salchichón, sin cebolla por favor, lechuga no gracias

Que no te haga falta comprar botas de lluvia


Que te quepan en el bolso los zapatos planos


Que amortices los 20 euros del pasaporte


Que consigas que no te multen en las bibliotecas


Que reúnas más planos de ciudades de los que puedas meter en la maleta


Que llenes la tarjeta de la cámara de fotos


Que aprendas a cocinar spaguetti carbonara


Que la habitación tenga vistas a todo lo que te propongas


Que te sobre el diccionario


Que lo cursi te siga pareciendo cursi, pero que deje de parecerte cursi al menos una vez


Que no quepan todos los cumpleaños de los nuevos en el calendario


Que cuando llegue el verano no te apetezca comprar billetes de vuelta


Que siempre sea avanti, sea con lo que sea!


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La verdadera razón


Nunca te dije la verdadera razón por la que tú y yo nos besamos esa noche.

No fue por los borbotones de sangre que se pelearon por salir de mi corazón cuando te vi ahí plantado, como en un espejismo, en una calle que te era ajena. O por lo menos no solo. No fue el escalofrío que me recorrió la espalda cuando nos chocamos sin querer en aquella acera tan estrecha, ni saber que no te atrevías, que no te habrías atrevido nunca, a mirar de cerca las líneas de mi mano. No fue porque de repente me vino a la mente el sonido de tu risa, igual, idéntico, que el primer día; tampoco porque me negara a no escucharte más al otro lado del teléfono. No fue por el acento de tus palabras al ponernos al día, ni por cómo se te cierran los ojos cuando no hace falta mirar. Ni siquiera fue algún punto suspensivo fallido, o algún intento de cuento, o algún mensaje a deshora tirado a un mar desconocido en una botella de cristal. No fue una canción, ni un poema, ni un pecado. No fue una palabra, una mirada, tus lunares.

Si aquella noche nos besamos fue porque tú habías visto una estrella que estaba sola en el cielo. Y porque yo sabía que si esa estrella estaba sola, era porque todas las demás estaban alineadas con ella.


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Huecco Mola :)


Menos mal que, al final, ayer dejó de llover un rato, porque si no, no sé si nos habríamos ido hasta Fuenla a ver a Huecco. Y habría sido un gran error perderse ese conciertazo!

Tocó más o menos una hora y media -y eso que era gratis- en la que le dio tiempo a cantar casi todo lo bueno (eché de menos Idiota y Me quemas, pero no me puedo quejar teniendo en cuenta que tocó el segundo disco prácticamente entero y buena parte del primero!!)

Y, no sé, cada vez me gusta más este tío, capaz de darle ritmo y alegría a todo lo que hace y que te obliga a ponerte a bailar como loco nada más coger la guitarra. Me gustan los cantantes que lo dan todo cuando se suben al escenario, aunque sea una carpa municipal (llena a rebosar, pero carpa) de las fiestas de un pueblo. Me gusta la gente que no hace las canciones en directo exactamente igual que en el disco. Me gusta ver la sonrisa encima del escenario y que se note que el grupo entero disfruta con lo que hace.

Simple y llanamente, Huecco mola :)

Y no sé qué productora o que manager tiene, pero creo que está poco aprovechado! Tiene mil temas que tendrían más ganchos que la de Pa mi guerrera o La reina de los angelotes (vamos, creo yo)

En fin, como es viernes, os dejo con una de mis favoritas! Ya veréis como motiva para salir luego de fiesta!! ;)


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Culturizándome, el Gernika y otras cosas


Como luego resulta que por ahí me echan en cara que no llevo de turismo a quienes me visitan en Madrid, el sábado me volví una persona cultísima, y me pasé la tarde en el Reina Sofía, una visita que os recomiendo encarecidamente.

Yo sólo había estado una vez viendo una exposición temporal sobre Picasso, y la verdad es que lo que tienen de él en la colección permanente del museo es lo que más merece la pena. Es curioso, porque aunque no tengas ni idea de arte (y no digamos ya de arte moderno), ves un cuadro suyo y, antes incluso de leer el cartelito, ya estás pensando "me gusta ese".

Pasa lo mismo con los dibujos surrealistas y absolutamente raros (creo que es la palabra más adecuada) de Dalí o con los puntitos y rayas de niño pequeño de Miró. O con los grabados de Los desastres de la guerra de Goya (no tenía ni idea de que estuvieran ahí y fue toda una sorpresa!!).

Supongo que por eso son los genios, y por eso no se quedan ahí en el olvido, sin pena ni gloria, como muchas de las otras cosas que hay en el museo. Porque, no nos engañemos. En el Reina Sofía hay cuadros regulares, feos e incluso horrorosos. Si no me creéis, id a verlo, que por las tardes la entrada es gratuita :)

Lo que en realidad iba a contar es que nos envolvió el Gernika.



Menos mal que lo vimos lo último, porque después de eso, te quedas como embobado. Es un cuadro completamente alucinante, y os invito a que lo veáis allí en persona, porque en foto no tiene nada que ver con la realidad.

Como en cualquier libro de arte, o en cualquier wikipedia explican el cuadro mejor de lo que yo puedo hacerlo, solo diré que, de todo lo que aparece en el lienzo, me quedo con la mujer que lleva el quinqué.

En algún sitio he leído que representaba a la República decadente, pero yo creo simplemente que es la imagen de esa gente que hay en todas partes que es capaz de aportar luz al mayor de los desastres. Para mí, es la esperanza del bombardeo.

Aunque, si lo que queréis es un cuadro de guerra, mirad a la mujer que lleva a su hijo muerto en brazos. Y luego que alguien me explique si hay alguna guerra que merezca la pena...
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Límites


En cuestiones de límites
siempre pierde la poesía...
Pablo Neruda

La foto sin límites, en Gijón
en julio de 2009

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La boda



La boda acabó a lo Kill Bill, con balas y sangre a chorros resbalando por el suelo. Pero esta vez, la que disparó fue la novia. No fue con una pistola, es evidente: esas cosas solo pasan en las películas. Aquí, el disparo fue de palabras.

Dijo "no", pero el novio, y los padrinos, y las compañeras de trabajo, e incluso la tía Rita, que siempre había tenido un oído finísimo, especialmente para los chismorreos, entendieron "bang".

El disparo, claro, iba dirigido al novio, pero creo que lo recibió el cura, que puso unos ojos como platos y todavía acertó a balbucear una pregunta o algo así.

Luego "no, no, no, no". Más y más sangre. Y cada paso saliendo de la iglesia iba dejando otro y otro y otro estallido a su alrededor. El griterío y la confusión fueron enormes.

Fue mi hijo el que juró venganza: aunque pequeño, era lo suficientemente listo para saber que en aquella boda no iban a darle de postre la tarta que tanto le gustaba.

Imagen para la inspiración en Minificciones
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Mañanas


Todas las mañanas del mundo no fueron suficientes para dar color a sus sueños. Así que empezó a ocupar también los mediodías, y luego las tardes, y las noches. Al final, aquel mundo de irrealidad traslúcida se le quedó pequeño y decidió despertar y utilizar todas las mañanas del mundo para dedicarse a aquello que debió hacer desde el principio: vivir realidades.

...y cuando las estrellas salen
y estoy colgado del jirón de un sueño
el mundo entero no me vale
ayer por la noche me estaba pequeño...


Para El CuentaCuentos
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Caperucita (después del cuento)


Cada vez le llevaba más cestas a la abuelita, y eso que todos sabían que el bosque era un peligro. Por eso la madre se olió algo pero, claro, quién puede impedir el amor.
Al principio era los fines de semana. Luego empezó a ir también los martes, y los jueves, al final era casi a diario, siempre que no tenía exámenes.

Salía tapada con la capa, pero era evidente que debajo se ponía ropa que antes no usaba, vestidos, camisas que realzaban su talle, y un discreto toque de maquillaje. Caminaba despacio porque sabía que la madre miraba por la ventana, pero en cuanto doblaba la esquina aceleraba el paso, y se adentraba en el bosque al borde de la carrera, nerviosa y contenta a partes iguales.

Donde empezaba el atajo, allí la esperaba siempre el lobo. Tiraba la capa y la cesta unos metros antes y saltaba en sus brazos, fuertes y seguros, y se besaban en el aire. Las viandas para la abuelita podían esperar. En realidad, todo puede esperar en un momento así.

No me vengas ahora con lo de los amores imposibles. ¿Quién puede poner en duda un beso, por mucho lobo, y mucha niña, y mucha capa de felpa de cuento de hadas? A veces, la vida de después de una historia es así de loca, y así de real, y así de feliz.

foto
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Veo el ojo que me mira, no sé qué esperáis de mí. Yo que muero cada día que tú te olvidas de mí... Soy un pez en una jaula, lo que quiero y lo que no, soy todo lo que me pasa... Tú me ves, yo no... (Fito&Fitipaldis)

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