abr
30

Me convertí en enredadera. Tu cuerpo, como un muro, me dio soporte para crecer, y me agarré a tus resquicios y a tus esquinas, y me fundí en tus grietas y me enredé en ti. Ahora mis hojas son tu piel, y tu corazón late para hacer fluir mi savia. Y hoy, que llega el calor, todo será fotosíntesis.