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El ojo que te mira

La frase definitiva


Las palabras llegaron, como si tal cosa, cuando dejó de buscarlas, como ocurre con todas las cosas importantes. Después de años tratando de encontrar la frase perfecta para añadir a su currículum, la palabra exacta que consiguiera regalarle el amor de Leo, la excusa apropiada para evitar una regañina y la inspiración necesaria para aprobar los exámenes. Ya había desistido de todo aquello, porque estaba vieja, o al menos eso pensaba. Y, de repente, se le vino a la mente como una aparición la frase definitiva, la que podía cambiar el rumbo de sus días.

Sintió como un éxtasis, como aquel temblor que sintió cuando, con quince años, besó por primera vez unos labios. "Por fin", había pensado entonces. "Por fin", pensó también ahora. Y en las dos ocasiones había tenido un instante de parálisis, de no saber que hacer. Luego, lo del beso había sido fácil. Pero le pareció que lo de las palabras, aquellas palabras que se habían aparecido y que se agolpaban y se peleaban dentro de su cabeza, era algo más serio, y más importante.

Supuso que aquella clarividencia no se merecía morir en su mente, así que corrió hasta el escritorio, sacó un cuaderno negro, de tapas duras, uno que solo usaba para anotar frases importantes y que todavía estaba en blanco, y se alegró de ser tan previsora, y de haberlo comprado en una época en la que era consciente de que no tenía nada que escribir. Y las palabras fueron saliendo, grabándose para siempre en aquel papel grueso, y con una caligrafía exquisita.

Antes de irse me lo contó así, con los ojos brillantes, y subrayando cómo llegaron las palabras, y cómo de importante fue su descubrimiento. Pensé que era un cuento, siempre contaba cuentos, y nunca se podía estar seguro de dónde estaba su límite entre la realidad y la fantasía. Creo que vivía a medio camino entre una y otra, puede que incluso ella misma fuera un poco de mentira, un producto de su propia imaginación.

Pero hoy he venido a su casa, y he abierto el escritorio, y el cuaderno está ahí. Y no me atrevo a abrirlo, por si la frase es tan definitiva que, al leerla, se derrumbe todo a mi alrededor. ¿Qué palabras crees que le llegaron aquel día? Y, lo que es más importante, ¿qué palabras podrían derrumbar tu realidad?

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9 miradas | Lo ha visto Virginia Vadillo

Etiquetas: CuentaCuentos, Cuentos edit post

9 miradas

  1. Brujita on 27 de abril de 2009, 17:58

    Todas las palabras acaban por llegar y todas tienen la capacidad de derrumbarnos la realidad..

    buen texto
    besines embrujados

     
  2. Jan Lorenzo on 27 de abril de 2009, 21:54

    Quien sabe que palabras fueron las que aquel día despejaron su mente y se plasmaron en aquel papel... Quien sabe si esas mismas palabras surtirían efecto en todas las personas o sólo a ella... Nunca lo sabremos, a no ser que alguien abra algún día ese cuaderno...

    Me ha gustado mucho.

    Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

     
  3. Sara on 28 de abril de 2009, 17:23

    Cualquier palabra puede derrumbarte si llega en el momento propicio.
    Cualquiera puede levantarte.
    Es lo maravilloso que tienen, la fuerza que poseen siendo algo tan débil.

     
  4. Pugliesino on 29 de abril de 2009, 1:56

    Creo que llegaron palabras valiosas que no quiso que el tiempo las olvidase, palabras para recordar, palabras que desvelaban una vida.
    Es la realidad la que derrumba sueños.
    Un abrazo.
    :) oki te avisaré!

     
  5. tormenta on 29 de abril de 2009, 12:08

    Yo tengo claras las mías, pero son sólo para mi, si alguien espiara cualquiera de mis diarios y las leyera, no creo que le dijeran mucho. Las tengo anotadas porque aunque siempre vuelven mi mundo boca abajo, la rutina hace que tienda a olvidarlas.

    Me ha gustado el texto, sobre todo, porque invita a reflexionar y a preguntarse algo muy importante, algo que la mayoría de nosotros evita pensar y eso es siempre interesante.

    Un beso.

     
  6. Virginia Vadillo on 29 de abril de 2009, 12:53

    Brujita, estoy de acuerdo, la fuerza de las palabras (de la palabra adecuada en el momento adecuado) es impresionante!

    Niobiña, supongo que no surtirían el mismo efecto, cada uno tenemos nuestra "frase definitiva", creo yo! Si encuentro el cuaderno, lo abro sin pensarlo! ;)

    Sara, totalmente de acuerdo. Supongo que siempre he sido de letras! =)

    Carlos, "es la realidad la que derrumba sueños", gran frase!!! Aunque también es la realidad la que levanta sueños, no hay que olvidarse! ;)

    Tormenta, es curioso, no? Porque las cosas importantes no suelen olvidarse, pero todos tendemos a apuntarlas, por si acaso... yo lo hago constantemente!! jejeje...

    Gracias a todos por pasar por aquí y por los comentarios!
    Muchos besos!!

     
  7. Beatriz on 29 de abril de 2009, 21:00

    De lo mejor que he leído.

    Un bico

     
  8. Sara on 30 de abril de 2009, 16:25

    una historia muy bonita, me gustan las descripciones que haces, aunque me ha dejado una sensación de tristeza...no sé si era eso lo que querías transmitir :)

    Un beso!

     
  9. Virginia Vadillo on 4 de mayo de 2009, 15:59

    Beatriz, eso es que has leído poco!! XDD ;)
    Muchas gracias! ;)

    Sara, gracias. Bueno, mi intención no era de tristeza, pero lo bueno de los textos es que cuando los escribes y los dejas por ahí, cada persona que los lee encuentra algo nuevo. Es como si estuvieran vivos, eso es lo bonito!

    Besos a las dos!v

     


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Veo el ojo que me mira, no sé qué esperáis de mí. Yo que muero cada día que tú te olvidas de mí... Soy un pez en una jaula, lo que quiero y lo que no, soy todo lo que me pasa... Tú me ves, yo no... (Fito&Fitipaldis)

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