Creo que ya hablé aquí una vez de la importancia que tiene que la gente a la que admiras se quede cerca del suelo. Que quienes están despegando sean capaces de volar manteniendo lo fundamental como al principio. Para mí hace mucho que El desván del duende se puso las alas. Para mí hace mucho que echaron a volar, y hace mucho que llegaron a lo más alto, sin necesidad de las masas. Y es una sensación que se hace más fuerte cada vez que tengo la suerte de verles sobre el escenario.
Ayer, más suerte todavía, por poder compartir unas palabras, unas fotos, un rato de poesía, y mucha música de cerca. Era día de letras, y a Jose le viene al pelo, porque es un poeta. Yo al final perdí de vista la biografía de Lorca que pensaba leer en casa, en el sofá (el libro se merecía algo más que el metro). Pero gané dos claveles -sí, parece que lo de las rosas solo es en Barcelona-, un helado, una tarde de sol, unas cuantas fotos geniales, y una sonrisa que ya dura 24 horas, y subiendo.
Lo que más me gusta de El desván es eso, la sonrisa que te dejan antes, durante y después de cada canción. Solo por eso merece la pena escucharlos. Próxima parada -según lo pactado- en junio, con nuevo disco. Ya queda menos.
De regalo, un poco de poesía de esa que se mezcló con la música...
que por algo era el Día del Libro!! =)
que por algo era el Día del Libro!! =)
Lo más importante de todo el post!!!... sigue esa sonrisa?? xD
KAUUUUMMM!!!
Sigue!! :D
Mucho más después de leer este comentario!! =)
Y yo en Telemadrid, hasta arriba de trabajo mientras ellos cantaban Mineapolis... Me gustó la llamada, pero la próxima vez me pongo mala y voy a escucharles en directo. Dicho queda.
Sara
Eso ya te lo sugerí yo, Sarita!!! vaaaaamos! por verles yo me pongo mala o lo que haga falta!! jajaja!!