Para todos los que necesitan que les dejen las cosas bien claras...
Y para todos los que tienen muy claro lo que quieren
;-)

Me miras y te miro desde el otro lado del césped. El frescor de la hierba tiñe de verde nuestras mentes que se entrecruzan, chocan y siguen sus caminos. Te conozco y me conoces, lo sabemos, pero seguimos mudos, como en una espiral de silencio. Estás al sol, en tu esquina de siempre, ojeando un periódico y comiendo ensaladilla en un plato de plástico, como alejado del mundo, y me miras. Estoy en mi esquina, al sol de siempre, con los cascos puestos y sin oír la música, como perdida entre la gente, y te miro. Otra tarde. Y otra. Y otra. Ahí sigues, recostado en la hierba, como alerta, esperando un gesto, una mueca, un guiño, una explosión que te obligue a levantarte. Y yo sigo también parada y atenta, esperando que la misma bomba me eleve por los aires y me lleve hasta tu sol, y hasta tu césped, y hasta tu esquina. Lo detesto y me gusta, me gusta y lo detesto. Detesto conocerte y que no puedas hablarme, me gusta que me conozcas y que me sonrías cuando me marcho. Saco yo también comida: te cambio un sándwich de atún y una manzana por lo que te quede de la ensaladilla y la chocolatina que guardas en la carpeta, medio deshecha, entre los folios de apuntes y los acordes de la última canción que has compuesto para la guitarra. Se nos está acabando el año. Esos extraños años que acaban en junio, que empiezan en septiembre, que dejan el verano en tierra de nadie. Quito el papel de plata. Te levantas. Muerdo una esquina. Te pones delante y me tapas el sol. Te sonrío y te saludo con la cabeza. Te sientas. "¿Comes sola?", me preguntas. "Hoy, por fin, contigo". Nos reímos.

Cruzando la frontera de mi mano a tus labios
te has quedado callado, como calla la lluvia.
No he sabido decirte dónde nacen las lágrimas,
supongo que has huido para no estar tan triste.

Ahora todo es extraño, tu sonrisa me rompe,
los recuerdos desbordan las líneas de mi ingenio,
invades mis inviernos como una cascada que rompe las rocas
y no puedo mirarte, ni olerte, ni tocar tu sombra.

No sé como pensarte, eres como un arroyo:
te deslizas, te escondes, y no sé si buscarte.
Tu cauce me es extraño y se me escapa el camino.
No sé si estoy perdida o si es que te he perdido...

Encogería el futuro para que llegue deprisa,
para encontrar las respuestas y encerrarte en mis brazos.
No encuentro los caminos cubiertos de amapolas
que cruzan la frontera de mi mano a tus labios...

Abrázame... abrázame y no me digas nada...

Ya tenemos otra gordita en la familia (¡¡4 kilos!!, ¡así estaba la pobre Guada, no podía ni andar!), nació hace una hora más o menos (nocturna, de las mías, jejeje), y es preciosa, sana, y arrugadita (no la he visto, pero todos los bebés son iguales :-D )

Ni me imagino como estará el bicho de María, ¡¡debe de estar desatada!! Ains, que ganitas de verla y de cogerla...

Como todavía no hay fotos, pongo a María, que seguro, seguro, la está esperando con la misma cara de mala XDDD

Al final conseguí ver la luna roja del sábado, a pesar de las nubes, la contaminación y la ausencia de prismáticos. Pero, tal como había leído por ahí, el eclipse se podía observar perfectamente a simple vista. Además tuve la suerte de ver varias fases: cuando salí de casa, había luna llena, blanca y con cráteres, parecida a la del resto de lunas llenas que hay. Luego, cuando salí del metro, a la luna le habían mordido un trozo. Después del primer mojito, cuando volví a salir, la luna estaba roja entera!! De camino a La Botellita, estaba mordida, pero ahora por el lado de arriba... y cuando llegué a casa, había luna llena de nuevo.

El momento del eclipse total, con la luna roja, lo vi desde la plaza de Tribunal, supongo que no es el cielo más limpio del mundo, y aún así, se distinguía el cielo negro, la luna roja y los cráteres grises. Ni me quiero imaginar en el cielo de Higuera, por ejemplo. ¡¡Que gozada!! Teníamos que haber estado allí...

Ya no vuelve a haber otro eclipse igual hasta dentro de 30 años, y no tengo ni idea de cuándo fue el anterior, pero yo sabía que había visto la luna roja en otro sitio...

Después de darle muchas vueltas, me he acordado donde... XDDDD Vale, es una frikada, pero estaba chulo. Me gustaban más las ilustraciones del cómic, pero esta es la mejor que he encontrado por internet.

No sé si sobre nosotros tuvo algún efecto la luna roja del sábado, como le pasaba a Kaolla... desde luego la noche mereció la pena (risas, bailes y reencuentros incluidos). Esperaremos a la próxima :-D

¿Qué le lleva a alguien a robar una obra de arte? Es algo que me llama mucho la atención porque, si te gusta mucho un cuadro, normalmente puedes verlo siempre que quieras en su correspondiente museo y, de paso, dejas que otros se maravillen con lo mismo que te impresiona a ti. O puedes tener en tu casa una reproducción, o verlo a través de Google cada vez que enciendas el ordenador. Pero lo que querer tener el cuadro original me suscita varias dudas.

Por ejemplo, ¿dónde lo colocas? Porque la policía y el mundo entero estarán buscando la pintura, así que no la puedes poner en un sitio visible. Vamos, que no puedes lucirla, ni presumir de que la tienes, ni exhibirla, que es lo que yo haría con un cuadro que me entusiasma. Y ¿qué sentido tiene tener el arte escondido? Ni lo disfrutas tú, ni dejas que lo disfruten otros... y el arte que no se da a conocer, el que nadie comparte, para mi es arte muerto, es como si no existiera, porque el arte se hace para el disfrute, para deleitar, y si nadie lo aprovecha, pues se pierde su sentido, creo yo. Eso sin contar cómo coño (con perdón) te llevas la pintura en cuestión del lugar donde se encuentra, que me parece infinitamente complicado. Y por el valor monetario... bueno, lo más probable es que, si la intentas vender, te pillen a la primera, así que tampoco le veo mucho sentido.

Toda esta parrafada viene porque han robado hoy dos cuadros de Picasso de la casa de su nieta. No salgo de mi asombro. A mi el arte moderno no me gusta especialmente, pero Picasso sí. Me empezó a gustar a raíz de una exposición conjunta del Prado y el Reina Sofía, a la que fui por casualidad, y de la que salí impresionada. Me pareció espectacular la manera en que están pintados sus cuadros, no sé si por los colores, por las formas, por sus trazos seguros y firmes, por la manera transparente de representar sentimientos y estados.

No sé mucho de cubismo, pero lo cierto es que para mí Picasso es un auténtico genio. Aunque no lo entienda (otra cosa más que no hay que entender, sino sentir). De los dos cuadros que han robado (Retrato de una mujer, Jacqueline, y Maya à la poupeé) sólo he visto el segundo, y me parece una dulzura, se nota claramente que se lo pintó a su hijita. Espero que el loco que se los llevó los devuelva pronto.

Es lo bueno, según mis pequeñas investigaciones (véase lectura de varios digitales), casi siempre los cuadros robados vuelven al poco tiempo a manos de sus dueños.