Me miras y te miro desde el otro lado del césped. El frescor de la hierba tiñe de verde nuestras mentes que se entrecruzan, chocan y siguen sus caminos. Te conozco y me conoces, lo sabemos, pero seguimos mudos, como en una espiral de silencio. Estás al sol, en tu esquina de siempre, ojeando un periódico y comiendo ensaladilla en un plato de plástico, como alejado del mundo, y me miras. Estoy en mi esquina, al sol de siempre, con los cascos puestos y sin oír la música, como perdida entre la gente, y te miro. Otra tarde. Y otra. Y otra. Ahí sigues, recostado en la hierba, como alerta, esperando un gesto, una mueca, un guiño, una explosión que te obligue a levantarte. Y yo sigo también parada y atenta, esperando que la misma bomba me eleve por los aires y me lleve hasta tu sol, y hasta tu césped, y hasta tu esquina. Lo detesto y me gusta, me gusta y lo detesto. Detesto conocerte y que no puedas hablarme, me gusta que me conozcas y que me sonrías cuando me marcho. Saco yo también comida: te cambio un sándwich de atún y una manzana por lo que te quede de la ensaladilla y la chocolatina que guardas en la carpeta, medio deshecha, entre los folios de apuntes y los acordes de la última canción que has compuesto para la guitarra. Se nos está acabando el año. Esos extraños años que acaban en junio, que empiezan en septiembre, que dejan el verano en tierra de nadie. Quito el papel de plata. Te levantas. Muerdo una esquina. Te pones delante y me tapas el sol. Te sonrío y te saludo con la cabeza. Te sientas. "¿Comes sola?", me preguntas. "Hoy, por fin, contigo". Nos reímos.
La noticia corrió como un reguero de pólvora cuya mecha acabara de prender.La inspectora Tandy Newscombe había sido encontrada en el bosque de Carvish, en una zona que los lugareños llamaban "el santuario", quince kilómetros al norte de Peevenside.
Un cazador que aprovechaba las primeras horas de la mañana del Domingo para entrenar su puntería fue el primero en dar la voz de alarma. Al parecer el hombre, un individuo de mediana edad llamado Harry Jenkins se había despertado muy temprano, con la intención de estirar las piernas y con un poco de suerte abatir su primer ciervo de la temporada.
Según su declaracíon a la policía, no llevaba ni dos millas a pie desde la cabaña alquilada para pasar el fin de semana en la montaña cuando observó un detalle que su aguzada vista no pasaría por alto.
"Serían las ocho y media, más o menos. Estaba siguiendo el viejo sendero que conduce a Reasons Park, cuando escuche el familiar chapoteo de las aguas corriendo ladera abajo. Me estaba acercando a un riachuelo al que los ciervos acuden a beber con cierta frecuencia, así que revisé el estado de mi equipo antes de tumbarme, quedarme quieto y esperar mi oportunidad.
Mientras comprobaba que todo estuviese en orden me agaché para anudarme los cordones de las botas, pues los llevaba bastante sueltos. Y entonces fue cuando lo ví.
-¿Qué vió usted?
- Un reflejo, no sabría decirlo.
Al principio pensé que el sol me estaba jugando una mala pasada, pero no era así: algo brillaba entre las ramas de los árboles.
- ¿Y que resulto ser?
- Bueno, escondido entre las hojas de los matorrales más cercanos encontré un pequeño anillo, de color plateado, un anillo de mujer.
- ¿Con forma de alianza?
Si, sólo que tenía grabado en su base una pequeña leyenda que no pude leer. Parecía bastante antiguo.
-Díganos cómo encontró el cuerpo.
- Bien, mientras examinaba el anillo me sorprendió ver junto el algunas manchas, parecidas a salpicaduras de un color rojo intenso.Era sangre. Seguí lo que me pareción un rastro que se internaba en la espesura hasta que encontré a la chica. Estaba tumbada, y no se movía.
-¿Que hizo entonces?
Me puse muy nervioso, y salí corriendo. No paré hasta llegar a la cabaña. Iba a llamar por radio para pedir ayuda, suerte que aparecieron ustedes, gracias a Dios.
-¿Ha hablado usted con alguien de ésto?
-No, pero supongo que dentro de poco tendré que hacerlo con un montón de gente,¿saldré en la tele?
- Si, señor Jenkins, le aseguro que dentro de muy poco será usted famoso.
Henry Jenkins miró a los dos hombres que tenía enfrente. Ya no sonreían.
La pistola, el silenciador, la muerte.
Señores, me maravillan vuestras palabras y la facilidad con la que podéis organizarlas para componer estos textos; me presento en este blog, soy H. Me ha gustado mucho tu cuento, pero veo que tienes un amigo y gran comentarista con el que poder compararte y mejorar.
A mi me gusta leer, así que mientras sigáis escribendo así de bien los dos,me permitiré el placer de disfrutar de vuestra lectura.
Precioso el cuentecito Vir!! Y la foto muy acorde como me dijiste!!
Es muy Sofía!! si es que, aunque a nosotras no nos pasen, el mundo está lleno de historias como estas, bonitas!!!
Ponte buena, nos vemos luego!!
wonderful b&w picture!!! I like it very much:)
WOW!! cuantos comentarios de repente!! Creo que es la primera vez que tengo tantos, que ilusión :D:D:D
Yeats: mare, mare, como me haces la competencia XDDDD Me encantan las cosas que me dejas,en serio... Aunque me dejas mal :P XDD
H: ¡¡que sorpresa tan agradble!! Me alegro que te guste lo que escribo (o lo que escribimos, jeje). Espero verte más por este ojo que te mira..
SA no me pelotees por el blog, se lo que hiciste esta mañana XDDDDDDD
o_O lo de Sofía es verdad... ups, no me había dado cuenta :S El subconsciente me traiciona y me autoplagio!!XDDD
Ichigiku: Nice to see you again!! I hope Pelene could translate something of this comment for you!
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Ummm... me encanta tener tantos ávidos lectores ;-)
Los dos tipos salieron por la puerta trasera de la casa arrastrando el cadáver del pobre Jenkins hasta el Cherookee plateado aparcado en la puerta.
Tras cargarlo en el maletero y cubrirlo con una manta, dedicaron las siguientes horas a borrar huellas, recoger objetos comprometedores y limpiar los diversos restos biológicos esparcidos por el suelo o adheridos a sus ropas.
Mientras se ocupaban de que ningún indicio, pista o prueba pudiera delatarles no fueron conscientes de que en ese mismo lugar, muy cerca de ellos, alguien estaba atento a sus movimientos, observándoles…
Respiraba demasiado lento para ser humano, demasiado sigiloso para ser visto, demasiado ágil para ser escuchado.
El diálogo interior estalló en su cerebro como la claridad de ún unico sol rodeado de tinieblas; palabras no emitidas por garganta alguna, pero palpitando en sus sienes como un torrente que de pronto se desborda con la fuerza incontenible de la naturaleza…
“Necios.¿ Acaso sois mejores hombres o más valerosos por acabar con la vida de un viejo y una mujer? ¿Qué grado de nobleza habéis alcanzado con vuesto acto? ¿Qué dirían vuestras madres si contemplaran la vileza desatada por vuestra locura?
¿Acaso no apartarían la mirada con repugnancia e incredulidad?
Más esperad, quedaos quietos, la noche aún no ha terminado. Tened por seguro que hoy el ángel de la muerte caerá sobre vosotros”
Terminaron el trabajo cuando la luz de la luna llena iluminaba los contornos de sus figuras, proyectando sus sombras en interminables hileras llenas de formas imposibles. El sudor se había pegado a sus camisas como un pasajero imprevisto, como un invitado que nadie espera pero que aparece en el momento más inoportuno. Una corriente de aire helado se introdujo por el cuello de sus camisas y les hizo castañear los dientes tiritando de puro frío.
¿Has oído eso Palmer?
¿El qué? Ah…si, entre la maleza, será una liebre. ¿Es que quieres cazarla para cenar Nick?
-Vete a la a mierda, creo que nos están llamando – dijo Nick a la vez que señalaba con el dedo la radio del Cherokee-
- Joder pues es verdad, será Landis y su condenado informe, ¿es que éste tio no duerme nunca?
Palmer se sentó en el asiento del conductor, y descolgó el receptor mientras se identificaba con la clave asignada a la operación. Thana.
- Aquí equipo 1, finalizamos búsqueda ok. Regresamos a base? De acuerdo corto y cierro.
Echaron un último vistazo a la escena del crimen mientras se preparaban para partir. Que fácil había resultado.
Al contacto con el acelerador, el vehículo derrapó ligeramente sobre sus ruedas traseras balanceándose de izquierda a derecha y salió disparado dejando tras de si una pequeña nube de polvo y rocas.
PD: He hecho un copiar y pegar, por lo que probablemente la puntuación no sea la correcta.
Es la continuación de mi relato. Espero que os guste. Saludos a tod@s