Orange Green Pink

El ojo que te mira

Calabazas


Manuel llegó dando grandes zancadas y haciendo aspavientos, apenas podía respirar.

-¡Hermana! ¡Lo he conseguido! ¡Ha funcionado! ¡Tus sueños van a cumplirse, lo tenemos, lo tenemos!

Seguramente se había olvidado de su artrosis, porque daba saltitos sobre un pie y sobre el otro rodeando a su hermana en un divertido baile. Luego la agarró con las dos manos y la condujo hasta el corral. Ella arrastraba los pies y se tambaleaba, dando vaivenes entre la emoción y los nervios.

Era verdad: las calabazas estaban allí, enormes, inmensas, brillantes, redondas, perfectas. Manuel había conseguido al fin dar con la fórmula para conseguir hortalizas gigantes. Ella se frotaba los ojos y palmeaba feliz, porque todavía no acababa de creerse su suerte.

-Esta vez lo haremos bien: yo mismo vaciaré la calabaza, engancharé las ruedas y la conduciré hasta palacio. Y tú bordarás el vestido. Así, cuando den las doce, no tendrás que salir corriendo del baile. Esa maldita hada madrina no volverá a engañarte. Y, no te preocupes por haber esperado toda la vida entre cenizas: con noventa años todavía hay tiempo de sobra para encontrar a tu príncipe.

foto de Víctor Manuel Pizarro
12 miradas | Lo ha visto Virginia Vadillo

Etiquetas: Cuentos edit post

12 miradas

  1. Pablo Gonz on 23 de junio de 2010, 17:10

    Muy hermoso cuento, Virginia. Transmite la esperanza, eso que no debemos perder.
    Enhorabuena,
    PABLO GONZ

     
  2. Odile on 23 de junio de 2010, 17:53

    ¡Ay de las mujeres que esperan a su príncipe...! Tal vez el secreto esté en buscarse a si misma para que esta espera no se convierta en una necesidad...

    Un beso que intenta encontrarse

     
  3. Elisa on 23 de junio de 2010, 17:58

    Huy, qué comienzo más genial, es que los veo a los dos con sus calabazas y su alegría, luego el cuento da un giro sorprendente y el final lo remata. Yo estoy más en la línea de Pablo que en la de Odile, me transmite más esperanza y ganas de vivir que la idea de una mujer que sacrifica su vida por un príncipe. Si ellos dos están vivísimos con sus planes, sus cultivos y sus bordados, y sintiéndose como chiquillos.

     
  4. Elisa on 23 de junio de 2010, 18:01

    Por cierto, vaya pedazo de fotolog el de tu paisano. Qué maravilla, gracias por descubrírmelo.

     
  5. Gabriel Bevilaqua on 24 de junio de 2010, 1:37

    MARAVILLOSO, Virginia. Le has dado una vuelta de tuerca a la historia clásica muy buena. Y creo como Pablo y Elisa que el mensaje inmanente del texto es la esperanza que en este caso produce la sonrisa con ese "todavía hay tiempo de sobra". Esta reescritura del cuento de hadas es de las que vale, no como otras que una ministra de por allí propone.

    Saludos.

     
  6. Virginia Vadillo on 24 de junio de 2010, 17:12

    Pablo, muchas gracias! No, no hay que perderla nunca, porque nunca es tarde :)
    Besos!

    Odile, tienes razón, no hay que esperar... pero sí buscar. Y esta princesa creo que no se quedó de brazos cruzados, y eso al final es lo que cuenta, no?
    Un beso!

    Elisa, me alegro de que te haya gustado! Yo también lo había visto desde esa perspectiva, pero es lo bueno de lo que escribes, que pueda decir cosas distintas según quien las mire :)
    Y sí, la verdad es que es un artista! Tiene fotos increíbles. En cuanto vi la que he seleccionado, el cuento me salió solo!
    Un beso!

    Gabriel, que palabra más grande para un cuento tan pequeño!! Me alegro de que te haya gustado.
    La ministra no tiene muchos más años que yo... quién sabe, "todavía hay (tengo) tiempo de sobra" ;)
    Besos!!

    Gracias a los cuatro por pasaros por aquí y por vuestros comentarios!!

     
  7. Nel Morán on 24 de junio de 2010, 19:28

    Apenas lo he leído me apeteció mandarle una maldición a la hada madrina.

    Blogsaludos

     
  8. Pugliesino on 25 de junio de 2010, 1:37

    Ole ole y ole!!

    Me ha gustado mucho Virginia, ingenioso y con toda una lección en su interior para quienes pensasen que los sueños tienen códigos de barras y fechas de caducidad. Me encanta como en tu cuento el tiempo, que no es sino el hada malvada disfrazada, es derrotado y por mas campanadas que dé no podrá vencer, y se disfrazará de muerte la muy resentida, pero ni por esas podrá quitarles la ilusión! :)


    Es buenísimo, un abrazo!

     
  9. Paula on 25 de junio de 2010, 9:37

    Qué original. Y qué dulce :)

     
  10. AdR on 26 de junio de 2010, 22:54

    :D Vaya, 90 años creo que es una edad avanzada para encontrar novio, jajaja. Es muy original.

    Un beso

     
  11. Isabel Mª on 27 de junio de 2010, 19:33

    Virgina, es encantadora la vuelta de tuerca que le das al cuento, consigues que sea entrañable.

     
  12. Virginia Vadillo on 28 de junio de 2010, 12:41

    Adivín, estoy totalmente de acuerdo! :)

    Carlos, gracias! Es difícil vencer al tiempo y mantener la ilusión, pero ya ves que es posible! En esas andamos!
    Besos!

    Paula, gracias!! :)

    AdR, jaja, no te creas, hay ancianitas muy activas y atractivas!! ;)
    Muchas gracias!!

    Isabel, muchas gracias. Sí, creo que "entrañable" podría ser la palabra para describir a los protagonistas :)

    Gracias por los comentarios! Besos!!

     


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Veo el ojo que me mira, no sé qué esperáis de mí. Yo que muero cada día que tú te olvidas de mí... Soy un pez en una jaula, lo que quiero y lo que no, soy todo lo que me pasa... Tú me ves, yo no... (Fito&Fitipaldis)

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