Viendo este anuncio pensé lo genial que sería inventarte, pintar toda mi vida sobre los lunares de tu piel...
Aterrada por la idea de olvidarme del color de tus caricias, me inventé tus dedos y tu cuerpo. Dibujé sobre un cuaderno las líneas de tus manos, cada una de las huellas dactilares que quiero que recorran mi espalda esta noche, y todas las noches. Escribí tus piernas y tus brazos, y olvidé las palabras que hablaban de tu boca, de tus besos, de mis dientes mordiendo mi labio inferior cuando te veo venir. Pensé lo genial que sería inventarte, pintar toda mi vida sobre los lunares de tu piel. Lo decidí allí mismo: te hubiera inventado hasta encontrarte en el mundo real de mis sueños.
Estás empezando a ser más tierna que mi becaria. Cuando empiece a considerarte inocente la superarás. JAJAJAJA.
Bueno, a todo esto lo que iba a decir se me ha olvidado por completo. Ah sí, iba a filosofar sobre la conveniencia o no de inventar al pibe/piba en cuestión. A mí no me termina de convencer. Aunque lo de los soñadores es recurrente en un mundo hostil (tenía ganas de poner lo de "mundo hostil", llevaba días jajaja) y bueno, todo cristo se dedica a soñar un poquito ¿no? Así que no me parece mal, pero también hay que explorar a la gente, más que inventarla. Digo.
Pues eso.
CORRECTO. ;)
Yo siempre he sido tierna, lo que pasa es que tú no lo sabes ver!! :P
Y sip, estoy contigo, es mejor explorar y conocer que inventar... pero a veces no queda más remedio...
Lo mejor es inventar algo y que luego resulta que es real!! ;)
Besitos!