Ocurrió que un día coincidieron en el mercado de una villa amurallada el mercader y el buhonero de tres patas. El buhonero era un hombre extraordinario: a pesar de que sus tres patas eran de palo, como si de un pirata por triplicado se tratase, era el hombre más veloz del reino y, probablemente, de todo el mundo conocido. El buhonero había oído mucho hablar de las tres hijas del mercader y estaba decidido a tomarlas por esposas. A las tres, puesto que ellas eran inseparables. Además, él tenía tres patas, y le pareció adecuado tener una mujer por cada una de ellas. Así que el buhonero fue a ver al mercader.
-Mercader, tú ya eres próspero y rico, deja que me case con tus hijas y retírate a descansar hasta que llegue el fin de tus días- le dijo el buhonero.
Pero el mercader sabía que sus hijas no amaban al buhonero. Además, no quería retirarse, y estaba seguro de que, sin ellas, su negocio se vendría abajo. Sin la bondad de la mayor, no sabría poner precios justos. Sin la fuerza de la mediana, no lograría soportar la presión de los malos días. Sin la inteligencia de la pequeña, no sería capaz de llevar al día las cuentas. Y sin ver la hermosura de la madre que reflejaban sus rostros, se sentiría triste y perdido cada día.
Se reunió con ellas y les comunicó la situación. Estuvieron de acuerdo en que habría que darle buenas razones al buhonero para que dejase de insistir, puesto que todos en el reino conocían lo testarudo que era.
-Le diremos que lo mejor para él es buscar a una mujer con alguna cualidad extraordinaria, como la suya. Eso sería para él lo más justo- dijo la mayor.
-Le diremos que organizar una casa con tres mujeres, y repartir el amor entre las tres le supondrá un desgaste demasiado grande- dijo la mediana.
-Le diremos que ya hemos pensado en alguien para él- dijo la pequeña. Y se fueron en su busca y le expusieron sus razones.
-Y, ¿en quién habéis pensado para mí?- dijo el buhonero, que reconoció que lo que le decían las hijas del mercader era muy razonable.
-En la adivina de tres brazos, por supuesto- dijo la pequeña justo en el momento en que la adivina de tres brazos llegaba hasta el bosque donde estaban reunidos. Y es que ella ya sabía lo que se estaba hablando allí, por algo era la mejor adivina del lugar. Era una mujer extraordinaria, ya que su brazo de más le permitía barajar a la vez más cartas del tarot y no había resquicio del futuro que se le escapase.
-Con cada uno de mis brazos podré acariciar cada una de tus patas a la vez. Sin duda que estamos destinados a estar juntos- aseguró.
-¿Y seremos felices?- preguntó el buhonero.
-Lo seremos, y tendremos hijos extraordinarios, siempre con una cualidad triple, así lo dicen mis cartas. Uno con tres ojos, que será capaz de verlo todo; otro con tres bocas, capaz de contar las más maravillosas historias habidas jamás, y un tercero con tres oídos, para que nunca se nos escape detalle.
Y el buhonero y la adivina se abrazaron. Y los seis corazones que allí estaban reunidos latieron con fuerza al unísono por aquel final feliz.
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Un cuento de niños para El CuentaCuentos
Un cuento de niños para El CuentaCuentos
Me pareció estar leyendo un cuento de hadas clásico. Muy bueno Virginia.
Y excelente imaginación (y menos mal que la adivina andaba en la búsqueda también, jeje).
Saludos.
Muy bueno :) Ahora falta la versión para adultos...
No lo he leído entero pero con las siete primeras frases... ¿esto no es muy parecido a una canción o una historia pero las tres niñas estaban en el desierto junto a un pozo y el otro era un viejo?
¡¡Plagio plagio!!! xd
Esta historia pide a gritos la versión para adultos :)
-¿El buhonero quería tomar tres esposas porque tenía 3 patas?
-"Con cada uno de mis brazos podré acariciar cada una de tus patas a la vez"
En qué estarías pensando, jeje!
Saludos!
Gabriel, si, es un poco cuento de hadas =)
Muchas gracias ;)
Reithot, gracias!! Bueno, correré con el riesgo de que los adultos no puedan entender esta versión! XDD
Ártico, um... pues no conozco la historia de la que hablas, y mira que me sé muchos cuentos de niños! Dime cuál es, para que pueda leerla... Aunque supongo que debe haber cientos de cuentos con tres niñas y un viejo como prota...
Metalsaurio, jajaja!! Qué mente más sucia por favor!!! La condición de las tres patas venía dada de serie, eh!! :P
Como le he dicho a Reithor, los adultos tendrán que conformarse con esta versión! ;)
Besos para los cuatro!!
Pues no me acuerdo y no sé qué me suena más, si es una canción ó una historia monda y lironda (yo me inclino más por la canción xD) Hace muchos años de primaria.
Me encantan los cuentos, y lo sabes.
Así que... ¡qué puedo decir! Que he disfrutado como un niño con zapatos nuevos :) Y caramelos o palomitas de colores.
Quiero más.
Besos.
Creo que el mercader nunca dejará que encuentren a su buhonero.
¿Sobreprotección o egoismo?
Ártico, bueno, tendré que investigar a ver si de verdad me ha traicionado el subconsciente, jeje
AdR, sí, deben encantarte, se te dan muy bien! ;)
Ummm... caramelos y palomitas... yo también quiero!!
Niña_dulce, no te preocupes, este es un mercader bueno, seguro que sí que las deja encontrarlo... recuerda que de este no estaban enamoradas! ;)
Muchos besos!
jaja me quedo más tranquila.
Besotes!!
Jeje Muy chulo, como los cuentos que leía de pequeño en libros desgastados
Se ve que en esa época aún no existía el futbol ni el tenis porque ambos serían millonarios! :)
Me centro en el cuento. Es muy dificil contar un cuento pienso, rescatar el sabor de los de antaño, y lo consigues.
Un abrazo
Nahus, sip, yo también me imaginaba un libro desgastado ;)
Carlos, jajaja, no lo había pensado, serían un filón!! Gracias por el comentario!!
tOC,tOC permiso...
Buenas, queria decirte que he disfrutado leyendo tu cuento, pero sigo pensando que lo de acariciar las tres patas...
En serio, me gustó mucho.
Un saludo El Bardo
Bardo, jaja, otro que solo piensa guarrerías con lo de las piernas!! Es un cuento de niños, hombre!! XDDD
Muchas gracias! ;)