Orange Green Pink

El ojo que te mira

Independence Day


Creo que nunca había estado tan cansada como este finde. Ni siquiera aquel día que entramos por primera vez y apenas se podía poner allí los pies, y nos decidimos a sacarlo todo -todo lo del trastero que hay en el quinto incluido- y dejar aquello reluciente. Ni tampoco la semana de mis propias vacaciones que pasé lijando y pintando puertas, paredes y rejas, limpiando cristales y rodapiés, pegando y despegando cinta de carrocero.

A lo mejor es porque todo aquello fue al principio de verano, y ha quedado como en el olvido. Luego agosto fue un paréntesis en toda esa vorágine, y en septiembre todo ha transcurrido lentamente: un día trajeron las camas, otro instalaron la cocina, que fue completándose por partes hasta la llegada del frigorífico. Subimos el sofá. Colgamos estanterías. Intentamos hacer funcionar la Telegatzi cedida por Alberto. Rellenamos huecos con cosas que estaban cogiendo polvo en el pueblo. Todo como por fascículos, hasta la llegada de mi armario, que ha sido lo último.

Pero este fin de semana ha vuelto la locura. Hubiera dicho que mi ropa cabe en una maleta, pero he comprobado que es mentira: por lo menos hacen falta cuatro o cinco, además de muchas bolsas, e incluso una caja de cartón tamaño tele de plasma de 50 pulgadas. ¡¡Es increíble la de mierda cosas que se acumulan durante 19 años viviendo en la misma casa y de las que no te quieres deshacer!!

El caso es que ha llegado el Día de la Independencia. Ayer me di mi primera ducha en la ducha nueva, me hice la cena en el nuevo microondas, fregué los platos en el nuevo fregadero de la nueva cocina y he dormido en mi nueva enorme cama (eso sí, tan hecha bola como siempre, en una esquinita XDDD).

Tardo unos cinco o diez minutos menos en llegar al espacio diáfano, lo que no significa llegar antes a casa, porque mi madre me obliga a pasar por casa a la salida a recoger un taper lleno de comida.

Y esta última frase me lleva a dos reflexiones, con las que cierro este post y dejo de daros la lata:

1. Las madres siempre están convencidas de que si no comes su comida te vas a morir de un momento a otro (por mí mejor, porque mi madre es la persona que mejor cocina del mundo, ni estrellas michelín ni nada, aquí no admito discusiones, nunca lo confesaré, pero me gustan hasta sus lentejas).

Y 2.
necesitamos urgentemente una nueva palabra para distinguir mi casa (la nueva, la de la independencia) y mi casa (el hogar familiar), porque si no, ni entre nosotras tres nos entendemos!! XDDDD
5 miradas | Lo ha visto Virginia Vadillo

Etiquetas: Personal edit post

5 miradas

  1. Sarg Bjornson on 29 de septiembre de 2008, 21:49

    Podeis llamar a la nueva "The Clan House", ya que estáis allí todo el Clan Vadillo :D

     
  2. David Martín on 30 de septiembre de 2008, 15:46

    JAJAJAJAJAJA. Me he descojonado, no sé por qué, con varios puntos de tu Independence Day. Al principio estaba cagao por el título porque creía que venían los extraterrestres y en Madrid no hay monte al que echarse. En fin, a lo que voy.

    Nada. La casa debe llamarse El Cubil. Yo lo veo clarísimo.

    En cuanto a lo de las madres y la comida, es totalmente cierto. Peso cinco kilos más a causa de esto. Y no mueres, pero comes peor. Ayer comí judías verdes con dos filetes de ternera enormes y tiernos y abulenses y nutritivos y con salsa y patatas fritas y un postre delicioso con café posterior en casa de Primo. Hoy he comido un bocata de atún. ¡De atún de lata! ¡Una puta lata metida en un cacho pan! Diolooooooooooooo.

    Y digo lo último, que me alargo. Ya le he echao el ojo esta mañana a una botella de Barceló que había en el Mercadona. Así que poned fecha para que la botella, yo y el resto de gente por ese orden inauguremos El Cubil según manda el Deuteronomio.

     
  3. JuAntonio on 1 de octubre de 2008, 2:25

    Antes de nada, GRACIAS! por tu comentario y tu visita. La mía se hace obligada, necesaria y deseada, tanto es así que seguro que volverémos a leernos. De ello, no me cabe la menor duda.

    En referencia a tu escrito, nada que ver con la famosa pelí de marcianos invandiendo el planeta y, finalmente, salvado por el Príncipe de Bell Air, jiji! nada que ver... de todo lo que leí una de las cosas que me llamo la atención fue el final del tercer párrafo. Qué cierto es la dificultad de deshacernos de cosas que con el tiempo seguimos guardando, a pesar de ser inútiles. Esto me hizo pensar y recordar un artículo que leí hace tiempo de J. Newton sobre el "principio de vacío". Dice éste que el hecho de guardar cosas que no utilizamos ya es "antiprosperidad". Habla sobre la necesidad de crear un espacio, "un vacío", para que las cosas nuevas lleguen a tu vida. Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Con esa postura, estás enviando dos mensajes para tu cerebro y para tu vida: uno, no confías en el mañana y, dos, crees que lo nuevo y lo mejor NO son para ti, ya que te alegras con guardar cosas viejas e inútiles.

    Después de esta parafernalia teórica, felicitarte por esa "independencia" necesaria para seguir desarrollándote como persona. Es una característica impropia de la adolescencia. Estás huyendo de ella y no lo ves.

    Por último, decirte que compartimos un especial interés por un poeta, Chaouen. Esperarémos su disco.. ya estoy escuchando esas nuevas canciones.. GRACIAS a ti, otra vez.


    Abrazos desde mi casa, desde mi playa.

     
  4. Virginia Vadillo on 1 de octubre de 2008, 18:36

    Sarg, demasiado largo!! XDD Y encima en inglés! :P XDD Pero reconozco que me ha hecho mucha gracia tu opción ;)

    David, jajaja, nada de marcianitos!! El Cubil... de momento está más ordenado de lo que parece con ese nombre, pero danos tiempo!! XDDDD
    En cuanto a lo de tu comida... XDDD tío, lo de la lata en el bocata suena a desesperación suma!! XDDD ains, no quiero verme así!!
    Eso del Barceló me gusta... buscaremos una fecha en breve, tranquilidad! ;)

    Juantonio, me alegro de verte por mi ojo!!
    Eso que dices del vacío.. es verdad! Pensé que cuando me cambiase de casa iba a dejar atrás muchas cosas, y es verdad, me he dejado muchísimo, pero no he podido evitar la tentación de llevarme cientos de albunes de fotos, por ejemplo!
    Creo que es super importante dejar que lleguen cosas nuevas a tu vida, pero yo soy de las que piensan que siempre tiene que quedar algo de lo viejo, aunque solo sea como alguna de esas huellas que vas dejando tú por tu playa... eso te hace estar seguro de que has estado allí, no?
    Gracias por pasarte por aquí, nos leemos!!
    Por cierto!! Qué grande, Chaouen!!! =)

    Besos para los tres!!

     
  5. Anónimo on 8 de octubre de 2008, 16:45

    La de tus papis siempre será "tu casa". La nueva es tu "domicilio actual". Aséptico, pero realista.

     


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