Suda. Su coleta se mueve a un lado y a otro y flagela su espalda en cada puñetazo al aire. Se agacha. Luego lanza una patada y se mueve a un lado y a otro en posición de defensa. A veces parece que las piernas no van a aguantar ni un segundo más, que se doblarán impunes en la próxima bajada y que no conseguirán subir, pero luego encuentra siempre un objetivo, un trozo de realidad que destrozar de un golpe más.
Coge aire entre jadeos e imagina que por cada impacto fingido se desmonta algún tabú. Los primeros han roto la desidia del trabajo, los miedos infundados de un futuro incierto y el cansancio acumulado en los ojos después de horas y horas a ritmo de ordenador. Hace rato que se disipó la rabia y que olvidó cada complejo y cada lágrima y las arrugas del tedio en la frente. Ahora apenas queda un ansia ciega de seguir, de no parar, de puro vicio, de no caer, de no volver a sentirse débil y vulnerable y despojada.
Las luces parpadean mientras trata de abrirse paso a golpes por un presente confuso, mientras trata de disipar el peso de un pasado agotador. La música se apaga y la sangre se agolpa en su cara, le corta la respiración mientras arrastra los pies, exhausta, camino del vestuario, camino a la realidad. Pero ya no piensa. Bajo la ducha caliente siente el cuerpo dolorido y siente la mente limpia. Como si hubiera sudado todos los residuos que hacen que la vida empiece a morir. El desagüe se lleva restos de jabón que arrastran consigo un día gris.
Fuera la lluvia sigue haciendo de las suyas. El vestuario aún huele a sudor, pero a ella solo le queda por delante una noche de sueños y un nuevo amanecer. Coge aire: ahora sí, es posible volver a empezar a vivir de cero.
*suspiro*
¿Sabes el humor que tengo ahora mismo? Sí, ese mismo que hace que tengas ganas de entrar a un gimnasio y golepar, golpear, golpear.
O salir a la calle y correr.
Y cansarte, cansarte mucho, pero respirar exhausta... y tranquila. Porque has liberado toda la energía y tensión acumuladas.
Como si hubiera sudado todos los residuos que hacen que la vida empiece a morir
Y eso es lo que quiero hoy...
...increíble =)
¡Gracias!
Pelea porque es una manera de decir:¡sigo viva!, nadie podrá conmigo jamás, soy invencible, le pese al que le pese, le joda a quien le joda. Yo sigo para adelante, a mi manera, y como en "Leolo", porque sueño, yo no estoy loco, porque sueño yo no lo estoy.
Saphy, te entiendo perfectamente, así me sentía yo el martes cuando salí del trabajo... y no veas lo bien que me vino lo de golpear y golpear!! XDD Descargas todo y duermes como un bebé!! XDD ahora, no sé si compensa... no había tenido tantas agujetas en la vida!!
A ti por el comentario!! ;)
Anónimo, sí, yo también creo que pelear por sentirse vivo es una de las cosas que más merecen la pena..."le pese al que le pese" y sea como sea la pelea =)
Gracias por pasarte por aquí!!
Besos a los dos!
Dejando al lado que este texto vaya mucho contigo ese martes del que hablas, así como un par de grandes verdades como por ejemplo ese sentir que se te van a caer las piernas y sin embargo resistes y golpeas de nuevo (sobre esto se puede escribir un tratado de mil páginas XD), creo que me quedo con lo que ha dicho "Anónimo". Al fin y al cabo, pelear es siempre la única opción posible... Salvo si se es un tipo de persona que no viene al caso XDDD.
Que bonito!!
me gusta mucho tu trozo de mundo..
revoloteo si me lo permites!!
Besos de canela
David, en realidad sip, es la única opción... es verdad eso de que es necesario sentirse vivo. Cuando dejas de pelear por algo (y ya no hablo de los golpes XDD), es como si estuvieses muriendo...
Moira, muchas gracias!! Me alegro de que te gusten estos cachitos de cosas que ven mis ojos!
Espero seguir viéndote por aquí! =)
Besitos!