Lo siguió durante más de una hora. Caminaba despacio y mirándolo todo, así que el paseo era agradable. No hizo ni una sola foto, y eso que la cámara parecía profesional. Al final se sentó en un banco de Piazza Navona contemplando a los vendedores de retratos y de óleos. Ella se quedó en la otra esquina del mismo asiento, parada hasta que se les cruzaron las miradas.
Él le preguntó por qué lo había seguido. Ella contestó que porque era curiosa. Él le preguntó si sabía usar una cámara. Ella dijo que podía investigarlo. Él le vendió la cámara, tres objetivos metidos en su correspondiente mochila y un carnet de prensa por un precio que daba risa oírlo, y así empezó su vida como fotógrafa.
Su curiosidad, de nuevo, y no otra cosa, la llevó a ganar todos los premios: fotografió las mentiras de los políticos, el cambio climático, la riqueza de los pobres y hasta la alegría de los que se supone que deberían estar tristes. Ocupó el centro de algunas portadas -nacionales e internacionales-, llenó salas de exposiciones e incluso obtuvo una sonrisa de quienes no sabían nada de fotografía.
Y un día se sorprendió sentada en un banco de Piazza Navona contemplando a los pintores, con su cámara entre las manos. Y le dio lástima no haber sabido ver la realidad con ojos de pincel en lugar de con ojos de negativo. Y sintió curiosidad -y no otra cosa, una vez más- por cómo sería la pausa de las acuarelas, tan diferente a las prisas del obturador.
Al otro lado del banco se había sentado un chico con edad de saber hacer fotos. Se miraron. Y calculó el valor de un lienzo en blanco para ponerle un precio a su cámara, aunque fuera un precio que diera risa oírlo.
Para El CuentaCuentos
Al terminar el cuento, me di cuenta de que no había hecho fotos en Piazza Navona... y eso que estuve un buen rato allí, mirando a los pintores. Así que, he tenido que buscar la foto en Google...
Al terminar el cuento, me di cuenta de que no había hecho fotos en Piazza Navona... y eso que estuve un buen rato allí, mirando a los pintores. Así que, he tenido que buscar la foto en Google...
Me gustan estas historias circulares. El mismo sitio, el mismo trueque, dos nuevas vidas cambiadas...
:)
nunca me había planteado la cámara como lienzo en blanco, me ha gustado mucho
Historia redonda, Virginia.
Paula, al final, como dice el título de uno de los blogs que tengo en la derecha de la página, todos acabamos caminando en círculos :)
Microrrelatosperdedores, muchas gracias! Hay muchas maneras de ver las cosas, pero casi nunca nos damos cuenta :). Muchas gracias por pasarte y comentar, y bienvenido!
Aster, más que redonda, circular! ;) Bienvenido!!
Gracias a los tres por pasaros! Nos leemos!!
Muy bueno Virginia. Aunque a mí, ahora, me ha entrado la curiosidad de saber en pos de qué cosa el hombre que "tenía edad y arrugas suficientes como para haber visto el mundo" cambió la cámara. ¿Por cuántas manos habrá pasado ésta? ¿Por cuántas pasará? A veces, contar la historia de los objetos es la mejor manera de contar la historia de la gente.
Saludos.
Lo leo cuando tenga más tiempo, ahora estoy en el curro. Aprovecho para felicitar el nuevo aspecto de tu blog. Besotes. Por cierto, la historia promete, por lo poco que he leído.
Gabriel, sí, yo tampco sé qué se le pasaría a él por la cabeza...
Muchas gracias! ;)
Sechat, la verdad es que estoy muy orgullosa del cambio de look, fue un regalo de mi informático favorito :)
Espero que te guste cuando lo leas entero!
Besos a los dos!
Tal y como prometí, lo he leído y me ha encantado Vir. Una historia hecha de magia visual. ¡Genial!
¡Que maravilla de relato has escrito!
Y si ya el escenario en que transcurre da una gran riqueza al entorno, logras que la historia esté por encima de el.
Abarca mucho mas que la belleza de un lugar, trata de capturarla allá donde la inspiración e imaginación, la curiosidad, surja.
Y lo consigues.
Un abrazo!
Me gusta la historia, me gusta el contenido y la rotación del msmo.
Saludines.
pd: Yo nunca podría vender mi cámara
Sechat, gracias!! Me alegro! ;)
Carlos, exageras!! Me voy a sonrojar!! :) Gracias por los halagos!
Jara, gracias!! A mí no me importaría venderla o cambiarla por otra mejor... eso sí!! Con la tarjeta de memoria descargada y a buen recaudo en mi ordenador!! :)
Besos a los tres!!
Es de lo mejor que he leído últimamente, me ha encantado. Fotografía o pintura, difícil elección.Yo hace tiempo que me decanté por la pintura aunque lo tengo bastante abandonadillo, pero la fotografía también me encata :)
Paula, creo que exageras -¡y mucho!-, pero gracias!! A ver si nos dejas ver un poco de esa pintura por tu blog! :)
Un beso!