ene
08
No hubo más luz que la de tus ideas, escapando como locas de tu mente y rebotando en los espacios más recónditos. Adiviné lo que pensabas como si me lo estuvieses dibujando con subrayadores fosforitos en el aire cerrado de la habitación: pensabas en el olor de mi pelo mojado, en el agua del mar de nuestra isla, en la escarcha que se derrite al paso de tu risa. Y el contacto de tus dedos en mi cuello me puso toda la piel del cuerpo de gallina, como siempre. Un relámpago se deslizó por mi espalda, siguiendo la línea del ecuador de mi columna vertebral y cerré los ojos para que todo se convirtiera en ese polvo dorado que cuelga de la nada cuando entra el sol en una habitación oscura. Tú brillas, igual que brillabas la noche que te conocí, igual que las ideas que escapaban de ti. Brillas. Esta noche, brillas.
Me encanta, es toda una declaración de amor. Seguro que quien ha inspirado tus palabras se siente halagado al leerlas. Es sencillo, pero precioso. ¡Enhorabuena!
Me gusta porque es directo, porque es estético y porque es precioso!
;) Un saludo
Sechat, muchas gracias! Lo sencillo suele ser, sencillamente, lo mejor para hablar de las cosas tan grandes que desbordan ;)
Sara, me alegro =) Y es curioso que te parezca "directo", a mí me daba un poco de impresión de enredo!!
Gracias por pasaros por aquí! Besos a las dos!!