Respira, y expulsa una bocanada de humo negro, más negro que el agua del mar. Le parece un pozo de petróleo infinito que refleja las luces, y se ríe al pensar que esa agua vale más que el petróleo, porque es agua de libertad. En un hatillo metió algo de ropa, dicen que hace frío a veces, aunque desconfía de poderlo cargar. Piensa a ratos que fue un error partir sin mirar atrás, y se siente flojo al imaginar todo el día de mañana, al sol, esperando, mudo, y sordo por el ruido de las olas. Subirá a las rocas, se dice, y desde el acantilado las gotas frías de abril le salpicarán. Así seguro que se hace llevadero. No quiere comer, por no sentir mareos en el viaje y tener que vomitar. El bote con agua durará todo el día.
Respira y, al echar el aire se siente vacío, exprimido, como si no le quedase dentro ni una gota de ilusión. Un ovillo de nervios sube y baja por su cuerpo y le hace pasar de la felicidad a la depresión más absoluta en solo unos segundos. Pase lo que pase, sabe que no volverá. Si no se queda en el mar (y no se quedará, no son más que unos kilómetros, resistirá... y si cae, nadará y nadará hasta la orilla) correrá tierra adentro y se perderá, y no lograrán atraparle. El paraíso puede no ser tan bueno, pero siempre será mejor que el infierno o que el limbo. Por eso no volverá. Aprenderá. A hablar, a entender, a cambiar, a conocer. Lo más duro, dejarla atrás, ya ha pasado. Quizás algún día regrese a por ella. Si regresa a por ella, lo hará en avión, no volverá a cruzar el mar.
En una cabezada ha soñado con su mano cubriéndole con una manta y sujetando su cuerpo. No quiere abrir los ojos, porque aún huele a su piel... Pero no... ¿qué haces aquí? ¿Por qué has venido? Debes dejarme solo... Pero ella no dice nada, se sienta a su lado y les amanece en silencio varias horas después, mirando al agua negra de libertad.
Respira con el primer rayo de sol, tan tenue que le levanta un escalofrío sobre la piel. Mira su vientre abultado, el brillo oscuro de su pelo y de su piel, su sonrisa cansada, su voz que araña la brisa para decirle "esperaré hasta verte partir, por si al final decides que puedo ir contigo". Y sabe que no se irá, que se quedará a cuidarla, que este es otro de tantos intentos fallidos, otro fallo más de su vida, de esos fallos que no se pueden corregir, porque siempre han estado ahí.
Y pasa el día. La luna está redonda, como una alianza, como un pacto irrenunciable firmado muchos siglos atrás. Ambos siguen en su roca, inmóviles, en silencio, y ven llegar el movimiento de pasajeros, el hombre que en silencio recoge los billetes, la cáscara desquebrajada que les marca la ruta hacia la vida nueva. Aprieta su mano y la mira a los ojos. Tal vez otro día, tal vez en avión. Se levantan y dan la espalda al horizonte. Respiran.
Otro cuento masterwork. Danos mássss
Como acaba de decir Sarg, "cuento masterwork"... El que no respira ahora soy yo, Vir. Manda cojones la cosa.
Es un cuento super bonito, y sé que ha sonado súper pijotero y súper chorra pero es verdad.
I agree con Sarg y David ^.^
Supongo que tendré que creerme eso de que las casualidades existen... y es que yo hoy también he escrito sobre el mar n_n' Ayer fui a verlo, y me apetecía contarlo.
Aunque mi historia no se parece en nada a la de tus protagonistas... que para ser de un cuento son muy reales, y nos has contado su historia increíblemente bien =)
Un besazo!
:-)
Sigo pensando, como siempre, que un dia veremos x las tiendas "Miradas, Cuentos de amor y desamor para el siglo XXI, V.V."
Aunque espero que le pongas un titulo mejor que ese.
(Y entonces quiero copia dedicada, eh???)
Maria.
PS: Y dan las 12:40 y aun no he hecho NADA en todo el dia... Donde esta el escaqueo vil???
¿¿Cuento masterwork?? sois raros definiendo, pero vale, me lo tomaré como un cumplido! XDD
De Sarg me espero este tipo de comentarios, pero David!! que tú dominas el idioma!! XDD Y, porfa, respira, que no respirar es malo!!
Saphy, que envidia!!!! Yo también quiero ir a ver el mar!! Que suerte tenéis quienes lo tenéis cerca!! XDD
Mery, no creo que todas estas miradas lleguen a libro =) Pero si llegan, no lo dudes, tienes copia fijo!! XDDD
Muchos besos a los cuatro!
Ufff...me has dejado sin palabras,y si me apuras sin aliento...y tampoco te voy a negar que una lagrimilla se escapa por mi mejilla...
Cuando ella va a buscarle me ha recordado un poco al principito cuando le dice al piloto que no vaya a verlo partir...pero el final ha sido bien distinto...
Un cuento precioso,Vir ;-)
¡Besitos guapa!
La del comentario de antes he sido yo,la Pinchi (que se me ha ido la olla y no he puesto nombre ni ná)...bueno,te lo habrás imaginado por lo de la lagrimilla...jejeje
¡Muaaaaaaaaaaaaaaaaks!
jaja, Pinchi, sip, ya me había imaginado que eras tú, mi lloroncilla!! No había pensado lo de El Principito, pero bueno, lo he leído tantas veces que a lo mejor el subconsciente me traiciona. Supongo que, si te vas a ir, es más fácil si no ves a quien dejas atrás... No conozco a nadie que le gusten las despedidas, pero yo también habría ido, es mejor decir adiós que quedarte con las ganas de decirlo, no?
Un besito guapa!!
Recordatorio: releer el Principito...