No sentía miedo. Ni nervios, ni nada. Hacía tiempo que tirar los dados era solo otro movimiento mecánico que encajaba a la fuerza en el puzzle de su vida. A veces salía un cinco. Otras, la mayoría, cualquier otra combinación que solo le servía para seguir perdiendo. Nadie quería números por debajo del seis. Él había ascendido desde el dos a fuerza de perder tiempo, dinero, objetos y cariños, por ese orden. Quizá el cariño lo había perdido mucho antes que todo lo demás, quizá tiró los dados en busca de una mirada de aceptación, o quizás los malos gestos vinieron después. Desde que jugaba al dos hasta entonces habían pasado tantos días, se habían perdido tantas cosas, que era imposible recordar cómo empezó todo. Pero lo cierto es que ella desapareció el día que perdió la casa por culpa de un ocho (en el primer dado salió un seis, así que no hacía falta seguir tirando para saber que había perdido, pero aún así lo hizo, y se alegró de haberse pasado solo por tres). Le dijo que lo próximo sería jugársela a ella, y que no pasaría por eso. "Juégate a ti mismo, si quieres", le dijo. Y lo hubiera hecho, de no ser porque no le atraía ganarse a uno como a él si salía un cinco aquella tarde. Luego ganar y perder se había convertido en dos caras de la misma moneda y unos días dormía en la calle y otros en la tasca donde se volvía a jugar lo que había ganado minutos antes. Y el estallar de los dados contra el tablero era más constante que los latidos de su propio corazón. Muchos números y algún cinco después, decidió jugarse el todo por el todo. Con un cinco, le prometieron, recuperaría su dinero, sus objetos, quizás le tendrían preparado algún cariño. Las otras combinaciones se llevarían lo único que le quedaba: la vida. No sentía miedo, ni nervios ni nada. Una vez le habían dicho que cada uno se labra su suerte. Y en el primer dado, salió un cinco. Enseguida supo que aquella vez era imprescindible ganar. Así que, se tragó el segundo dado....me jugaré la vida, a ver si tengo suerte,
no me asusta el fracaso porque eso me hace más fuerte...
{Platero y tú}
no me asusta el fracaso porque eso me hace más fuerte...
{Platero y tú}

¡Otra croniquita! XD. Lo de tragarse el dado es buena idea, a la vida hay que trampearla siempre. De esa actitud surgen cosas como el "escaqueo vil" o el "me voy a la una de la tarde a casa porque si no pillo atasco". Pero bueno, la verdad es que el protagonista está bastante jodido, porque si el dado no se le atraviesa en el pulmón derecho le van a matar Los Soprano. Muy chulo el cuento (pa que no me llames exagerao XD).
Jajaja, muy buena tu comparación con el "escaqueo vil" (lo del atasco es "superescaqueo vilísimo"!!! XDDD) Aunque síp, supongo que este lo tiene más jodido que nosotros con las croniquitas. Para que veas... lo nuestro en el fondo no es tan malo ;)
"Una vez le habian dicho que cada uno se labra su suerte... "
A veces la vida parece un juego, sip. Y en los juegos hay que hacer trampas, que si no se vuelven predecibles y aburridos.
(Me ha gustado la de "me voy a la una de la tarde". El escaqueo vil esta muy extendido por aqui tambien... aunque va mas hacia "total, son las 3 y aun no he empezado, vamonos a tomar un cafe y ya nos ponemos maňana, no?")
jeje, a mí siempre me pillan las trampas, pero hay que intentar ganar de todos modos!!!
(y lo del escaqueo vil no es coña... solo que por aquí no todo el mundo se escaquea igual.. y eso es lo jodido! XDD