Los ojos grandes y redondos, como dices que te gustan. El pelo negro cayendo sobre la frente, colocado estratégicamente delante del espejo a golpe de secador. La piel del color gris pálido que deja mi foto en blanco y negro. Y ese destello difuso de mi cuerpo semitransparente en el cristal de un escaparate al pasear bajo el sol. Es todo lo que te puedo decir de mí. Me he buscado para definirme y he mirado con detenimiento mis manos para describirte como soy. Un escalofrío me ha recorrido la espalda -esa espalda que, dicen, es ancha y deja en el centro un surco por donde pasa mi columna vertebral- al entender que todo lo que creía saber de mí no es más que un reflejo de lo que soy. Yo misma debería conocerme mejor que nadie y, sin embargo, ¿cómo saber qué ves tú de mí? Creer en mis ojos marrones, en mi sonrisa ancha y de labios gruesos, en mi nariz redonda, en mis orejas pequeñas es sólo un acto de fe. No he contado los lunares de mi cara, no he medido mi cintura estrecha ni he mirado de reojo los hombros redondos y lisos, con su cicatriz junto al omóplato derecho. No sé si es de verdad mi color dorado en verano, si mi cuello es tan largo como dicen o si tengo los pies grandes, los tobillos gruesos y las manos más o menos del tamaño que podrías esperar. Lo comentan, lo he oído y lo he buscado en los espejos del armario mientras me vestía -¿en serio me favorece ese pantalón?-, pero nunca me he llegado a ver. Me busco entre las cosas, me invento y me toco con las manos, pero sigo siendo un reflejo de la realidad. En mi mente hay dibujada una imagen de mí, pero ¿en qué se parece a la imagen real? No soy más que lo que tú me has contado que soy, soy un retrato en un marco de madera, una proyección en el espejo del baño cada mañana, unas palabras de mi madre, una foto de carnet. Soy esos ojos grandes y redondos, ese pelo colocado a golpe de secador, esa piel gris pálido de mi foto en blanco y negro. Y a pesar del esfuerzo, no puedo verme completa, no soy más que un reflejo de mí...
Los ojos grandes y redondos, como dices que te gustan. El pelo negro cayendo sobre la frente, colocado estratégicamente delante del espejo a golpe de secador. La piel del color gris pálido que deja mi foto en blanco y negro. Y ese destello difuso de mi cuerpo semitransparente en el cristal de un escaparate al pasear bajo el sol. Es todo lo que te puedo decir de mí. Me he buscado para definirme y he mirado con detenimiento mis manos para describirte como soy. Un escalofrío me ha recorrido la espalda -esa espalda que, dicen, es ancha y deja en el centro un surco por donde pasa mi columna vertebral- al entender que todo lo que creía saber de mí no es más que un reflejo de lo que soy. Yo misma debería conocerme mejor que nadie y, sin embargo, ¿cómo saber qué ves tú de mí? Creer en mis ojos marrones, en mi sonrisa ancha y de labios gruesos, en mi nariz redonda, en mis orejas pequeñas es sólo un acto de fe. No he contado los lunares de mi cara, no he medido mi cintura estrecha ni he mirado de reojo los hombros redondos y lisos, con su cicatriz junto al omóplato derecho. No sé si es de verdad mi color dorado en verano, si mi cuello es tan largo como dicen o si tengo los pies grandes, los tobillos gruesos y las manos más o menos del tamaño que podrías esperar. Lo comentan, lo he oído y lo he buscado en los espejos del armario mientras me vestía -¿en serio me favorece ese pantalón?-, pero nunca me he llegado a ver. Me busco entre las cosas, me invento y me toco con las manos, pero sigo siendo un reflejo de la realidad. En mi mente hay dibujada una imagen de mí, pero ¿en qué se parece a la imagen real? No soy más que lo que tú me has contado que soy, soy un retrato en un marco de madera, una proyección en el espejo del baño cada mañana, unas palabras de mi madre, una foto de carnet. Soy esos ojos grandes y redondos, ese pelo colocado a golpe de secador, esa piel gris pálido de mi foto en blanco y negro. Y a pesar del esfuerzo, no puedo verme completa, no soy más que un reflejo de mí...

El proyecto acaba de nacer, y yo lo he estado siguiendo estos días y tienen muy muy buena pinta. Además, la red promete ir creciendo y añadiendo nuevos blogs a la lista.
Pues eso, que os recomiendo que le echéis un vistacillo, porque merece la pena =) =)
(um... esto.... achocreadores....
espero mi retribución por esta estupendapropaganda anuncio XDDD :P)
espero mi retribución por esta estupenda
...la vida, como un paisaje pintado a acuarela, se diluía poco a poco y caía aguada sobre un lienzo inexpresivo. Colores pastel sin gracia y sin luz, y un tono monótono de principiante. Cuando la viste por primera vez, supiste que ella era la única salida, la única solución, la única capaz de cambiar las acuarelas por óleos y los tonos mate por el brillo del sol. Pintaste su cara y su pelo y sus hombros redondos y el lunar de su mejilla en cientos de tablas, y ninguna te acababa de gustar, le faltaba algo suyo, le faltaba su alma, le faltaba su luz. Se cruzaba una y otra vez por tu mente y yo te veía tratar de apartarla, y me hacía gracia ver como al final siempre la llamabas de nuevo y la besabas en silencio y sonriendo...Acuarelas en el mar
los esbozos del pasado
y una herida al despertar...
ya no amanezco a tu lado...
los esbozos del pasado
y una herida al despertar...
ya no amanezco a tu lado...
[El desván del duende]
y voy quemando los recuerdos

me he bebido sus caricias...
¡¡y ahora me fumo sus besos!!
Gritando en silencio
Allí, entre las sábanas, todo parecía demasiado perfecto: la curva de su cintura, las arrugas de su axila y aquel brillo dorado que le cubría los hombros. Pero, de
tener que elegir, se habría quedado sin dudarlo un momento con los rizos negros que le cruzaban la espalda. Con su espalda, seguro, aún sin los rizos. Esa espalda donde dibujar espirales esperando la mañana. Tal vez aquellas espirales eran la única parcela de felicidad que recordaba en mucho tiempo. Y, por supuesto, no pensaba apartarse de su cuerpo y de su forma de dormir boca abajo.Igual que sospechaba que era parte de un sueño, sospechaba casi siempre que la felicidad estaba indiscutiblemente atada a ella. Y seguramente era verdad. Seguramente eran verdad las dos cosas. Pero en aquellos momentos, con el sol apunto de romper el misterio de las noches y con el reloj apunto de romper la magia de tener un día más, no pensó en los sueños ni en la felicidad. Pensó sólo en como retener el olor que dejaba su risa, el calor de sus ojos profundos al despertarse y la forma de su cuerpo de artesanía grabado en las sábanas cuando ella se levantara y se dispusiera a partir.
Siéntate
a la altura de mis brazos
para que meza despacio
tu cuerpo de artesanía...
a la altura de mis brazos
para que meza despacio
tu cuerpo de artesanía...
Poncho K

No digas que te he mordido,
déjame dormir contigo,
yo te juro por mis muertos
que te ronco despacito....
déjame dormir contigo,
yo te juro por mis muertos
que te ronco despacito....
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Kutxi--Desencuentro

Porque en el fondo, todos sabemos que los extremos suelen estar bastante más cerca de lo que parece...
Aún no tiene casi nada, es como un proyecto, como un blog becario, pero seguro que pronto aparecen nuevos textos antagónicos.
Os recomiendo que os paséis por allí (claro, qué voy a decir yo! XDD).
Hay muchas luces por apagar y muchas sombras por iluminar...

Cien. Es un número redondo, como muy grande (bueno, comparado con el total, que dicen que está en infinito o por ahí no es tanto... pero a mí me sigue pareciendo mucho). Cien entradas. Cien veces leyéndome. Cien días dedicados a escribir, a contaros un cuento, una canción una foto, mi vida. Cien. Se cumplen cien entradas.
Cien millones de gracias a todos por seguir por aquí. Vamos a por las 200 ;)
Mi pluma se desliza frenética sobre las líneas del cuaderno. El sudor resbala por mi sien, pero no, el cansancio no va a hacer que se cierren mis ojos.
Ruido que me envuelve y yo, ajeno a él y ajeno al mundo, aprieto la tinta contra las hojas arrugadas y por mis venas la pasión del trabajo bien hecho me hace seguir y seguir.
El argumento, los personajes, los escenarios, todo parece encajar como las piezas de un puzzle a punto de completarse, en un orden impecable en mi cabeza. Vivos, de carne, más que marionetas en mis manos parecen pequeños pedazos de mi alma. Pero entonces ocurre de nuevo. Sus sonrisas de papel se vuelven carcajadas, me miran de reojo, se burlan de mi esfuerzo, de las líneas escritas, de la pluma de tinta reseca, de otra noche más en vela. Los renglones comienzan a arder ante mí.
Mis ojos cansados miran con estupor el espectáculo y se abandonan a la desidia al tiempo que ven a la musa de la creatividad alejarse despacio, como en un vuelo suave. Minutos antes el escenario se llenaba de vida y, de repente, el caos, el grito, el dolor desesperado de quien rompe con todo. Mis manos, hitéricas, cogen las hojas temblando. ¿Y si...? ¿Por qué no encaja en el resto de la historia? No pude ser... ¿Acaso no me di cuenta de que...? ¡No! ¡No tiene sentido! ¡Nada cuadra, nada se entiende! ¡Nada cuaja y te agarra por dentro! ¡Nada vibra ni conmueve! ¡Basta!
Es un grito sin fuerza, un golpe seco: la pluma estalla contra el suelo dejando un borrón de tinta, o de sangre, o de ambas sobre el papel. Los personajes han muerto, los he matado, ya no llegarán a ningún final. Mis dedos tiemblan sobre sus pedazos aún calientes y destruyen la poca vida que tenían, su destino truncado no es otro que el de un final arrancado de cuajo de las líneas de su guión.
Lloro lágrimas calientes sobre los pedazos del papel para ver entre una nebulosa mi obra destruida.
Ruido que me envuelve y yo, ajeno a él y ajeno al mundo, aprieto la tinta contra las hojas arrugadas y por mis venas la pasión del trabajo bien hecho me hace seguir y seguir.El argumento, los personajes, los escenarios, todo parece encajar como las piezas de un puzzle a punto de completarse, en un orden impecable en mi cabeza. Vivos, de carne, más que marionetas en mis manos parecen pequeños pedazos de mi alma. Pero entonces ocurre de nuevo. Sus sonrisas de papel se vuelven carcajadas, me miran de reojo, se burlan de mi esfuerzo, de las líneas escritas, de la pluma de tinta reseca, de otra noche más en vela. Los renglones comienzan a arder ante mí.
Mis ojos cansados miran con estupor el espectáculo y se abandonan a la desidia al tiempo que ven a la musa de la creatividad alejarse despacio, como en un vuelo suave. Minutos antes el escenario se llenaba de vida y, de repente, el caos, el grito, el dolor desesperado de quien rompe con todo. Mis manos, hitéricas, cogen las hojas temblando. ¿Y si...? ¿Por qué no encaja en el resto de la historia? No pude ser... ¿Acaso no me di cuenta de que...? ¡No! ¡No tiene sentido! ¡Nada cuadra, nada se entiende! ¡Nada cuaja y te agarra por dentro! ¡Nada vibra ni conmueve! ¡Basta!
Es un grito sin fuerza, un golpe seco: la pluma estalla contra el suelo dejando un borrón de tinta, o de sangre, o de ambas sobre el papel. Los personajes han muerto, los he matado, ya no llegarán a ningún final. Mis dedos tiemblan sobre sus pedazos aún calientes y destruyen la poca vida que tenían, su destino truncado no es otro que el de un final arrancado de cuajo de las líneas de su guión.
Lloro lágrimas calientes sobre los pedazos del papel para ver entre una nebulosa mi obra destruida.
Su mirada se había perdido días atrás, y se volvía cada vez más tenue, como vista a la luz de un atardecer.
En otros momentos había tenido miedo del abismo del tiempo, del vacío del silencio, de lo profundo de una noche a solas.
Ahora, realmente, lo único que le preocupaba era no ser capaz de traer a la imaginación aquella mirada otra vez más...
En otros momentos había tenido miedo del abismo del tiempo, del vacío del silencio, de lo profundo de una noche a solas.
Ahora, realmente, lo único que le preocupaba era no ser capaz de traer a la imaginación aquella mirada otra vez más...
¡¡Ahí va!! ¡No me lo puedo creer! ¡¡Mis reivindicaciones han sido escuchadas!!Resulta que hace un par de meses, después de conocer la tremenda fiesta de San Fermín, yo hice una petición en este mismo blog: exigía que una ley prohibiera los malditos megáfonos que no me dejaban dormir en el bus.
Pues en vista de los hechos, sólo se me ocurren dos cosas:
a) que un legislador iba en aquel mismo bus, y se puso en marcha para prohibirlos después de sufrirlos como yo.
b (y más probable) que un legislador leyó mi petición online y se dio cuenta de que tenía razón y de que esa ley era imprescindible.
Cuento esto porque leo en 20 Minutos que "la policía multará con 9o euros a quien vocee con los megáfonos".
Como veis, la justicia existe XDDDD
Y queda probada la máxima de "pedid y se os dará".
Ya sabeis, pedid, porque nunca se sabe quién puede estar escuchando para cumplir vuestras exigencias ;)
Ya sabeis, pedid, porque nunca se sabe quién puede estar escuchando para cumplir vuestras exigencias ;)
Casi me da miedo pensar que un día te levantas para ir al curro, como siempre y esa misma tarde, doce horas más tarde, estás viendo el Camp Nou desde la ventana de un hotel de cinco estrellas después de que un taxi amarillo y negro te haya llevado allí al bajar del puente aéreo.
No sé si me llama más la atención que Madrid pueda estar a sólo 50 minutos de Barcelona, que la recepcionista del hotel te llame para preguntar si todo es correcto o que una empresa maneje tanta pasta como para pagar avión, hotel, cena, desayuno, comida, taxis y regalos a quince periodistas (de Madrid, que de prensa internacional había más áun!!!) sólo
a cambio de estar hoy en tu medio de comunicación.
El caso es que ahí estaba, ocho de la tarde, paseándome en albornoz por aquellos 50 metros cuadrados (10 de los cuales eran cama) con vistas al estadio del Barça y pensando si la ropa que llevaba para la cena sería o no adecuada. (Creo que lo fue. Al menos, el resto de la gente iba parecido. Menos mal).
Y luego, 24 horas después y con visita a Barcelona incluida (casas Gaudí-Sagrada Familia-Catedral y Jaume I-Barrio Gótico-Rambla-Plaza de Cataluña-Palau Blaugrana) otra hora y a casita. Eso sí, rueda de prensa infumable de por medio y redacción de la "noticia" en su sala de prensa con los portátiles que te facilitan, todo comodidades, sí señor =)
Si ya sabía yo que el trabajar más de lo que puedo y el salir tarde un día sí y otro también iba a tener algo bueno. Yo sabía que había elegido esta profesión por algo (y ya he descubierto por qué! XDDD). Espero que sí haya próxima vez. (Bueno, está bien, iré a esa aburrida convocatoria. Haré el sacrificio...) Cuanto antes, mejor =D =D
Vale, lo reconozco, todavía estoy flipando XDD
Eres un sueño. Eres el cielo arañado de estrellas fugaces. Eres el peso en mi espalda de las mantas que me cubren las noches de invierno. Eres transparente y efímero, y te escurres como un pez, te escapas como el agua entre mis dedos. Eres un espejismo, un oasis de luna creciente una noche de agosto, una lágrima del sol que se oculta detrás de las rocas, un tren que se aleja con rumbo a un empezar de cero. Eres la interrogación que queda detrás de cada latido. Eres el reflejo de la espuma de las olas, tan fugaz como una brisa, tan suave que ahora dudo incluso que algún día hayas existido. Eres los pies que sostienen mi alma y las manos que hacen cosquillas a mi risa. Eres una palabra que se quedó a medio escribir y ahora me toca completar. Eres la ilusión de la espera, la emoción cuando se rompe el papel de un regalo, el recuerdo que plasmamos en la foto, la canción de aquellas horas de marzo. Eres un susurro entre un millón de decibelios, una caricia en los vaivenes de la vida, el beso de buenas noches para poder dormir a gusto. Eres un pulso acelerado después de correr durante horas por el amanecer de tu playa. Eres un secreto que me han contado al oído para que no lo deje ir nunca, un cuento a la hora de la siesta, un astro que concede los deseos. Eres la mirada que atraviesa, y la voz que penetra, y la piel que se clava. Eres todo, eres un mundo, eres lleno y eres nada. Eres tú. Eres sólo tú: eso es lo único que quiero que seas para el resto de los días.
Veo el ojo que me mira, no sé qué esperáis de mí. Yo que muero cada día que tú te olvidas de mí... Soy un pez en una jaula, lo que quiero y lo que no, soy todo lo que me pasa... Tú me ves, yo no... (Fito&Fitipaldis)
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