Un descubrimiento de Jose, agradecédselo a él ;-)
Un descubrimiento de Jose, agradecédselo a él ;-)
No me miras nunca, la mayoría de las veces ni siquiera te das cuenta de que he llegado. Tampoco yo, puedo no prestarte atención durante horas. Y de repente, ¡plaf!, un chispazo, como un cortocircuito, tus ojos se cruzan con los míos y sé que se han desviado: a mi sonrisa, a mi escote, a mi cintura, a mis piernas, a mis ojos otra vez, todo en menos de un segundo. Eso me gusta. Como tu vino.
Es la segunda vez que lo tomamos juntos. Bueno, sí, con los otros siete que trabajan con nosotros. Pero tú me has servido el vino todas las veces. Bueno, sí, al resto también. Pero sólo yo me he fijado en la vena que se te marca en el brazo al sujetar la botella, en la arruga que te sale en la frente cuando lo viertes en la copas que regalaban con el periódico, en el giro de muñeca para que no se derrame ni una gota. Y sólo tú te has fijado en como cierro los ojos cuando trago, en como sujeto el vaso entre los dedos, en como me apoyo en la mesa del jefe ahora que está de vacaciones.
Cuando te he ayudado a recoger ya sabías que vivíamos cerca, ¿verdad? Y hoy no salías antes, te lo has inventado sólo para enseñarme la tapicería de cuero blanco de tu Mini Cooper S gris perla metalizado. Sabías que diría que sí, aunque tenías que dar ese falso rodeo para ir a quién sabe dónde. Excusas para perderte, para dar vueltas por Madrid: Castellana, Plaza Castilla, nacional I, otra vez Castellana, La Paz, Sinesio Delgado, Francos Rodríguez, Bravo Murillo, tu casa...
-"¿Otro vinito? Por las molestias, venga, tómate otro en mi casa"- Tu sonrisa ha podido conmigo, vamos a por la tercera copa, esta vez de verdad juntos.
;-)
Hoy ha llegado a mi casa Despiertas. Aún no lo he visto, no lo he cogido en mis manos, no he visto la carátula, ni el makig off, ni los créditos. No han aparecido en pantalla ni la Paca, ni Lidia, ni la señora a la que le duele la cabeza. No he podido comprobar si sale mi brazo ensangrentado, si al final se nota que el señor aquel movía la mano o si el sonido está o no lo suficientemente limpio. Pero estoy igual de contenta, de nerviosa, de emocionada que el día que lo estrenamos en Alhama.
Llevo desde el 14 de octubre deseando volver a verlo. Y desde antes deseando ver Empacados al vacío, algo que no puedo dejar de agradecer a J.C., porque sé que no le apetecía, y que lo montó por nosotros (y porque, aunque no lo reconozca, para él Alhama también fue más que un curso). Sí, el curso de cine de Alhama fue mucho más que un curso, fue mucho más que un corto, fue mucho más que Despiertas.
Llevo desde el 14 de octubre deseando volver a verlo. Y desde antes deseando ver Empacados al vacío, algo que no puedo dejar de agradecer a J.C., porque sé que no le apetecía, y que lo montó por nosotros (y porque, aunque no lo reconozca, para él Alhama también fue más que un curso). Sí, el curso de cine de Alhama fue mucho más que un curso, fue mucho más que un corto, fue mucho más que Despiertas.
Fue, sobre todo, esa sensación de estar empacados, empacados al vacío todos juntos. Fue Alhama. Fue Los Olmos. Fue las noches. Fue el rodaje. Fue las miles de horas de montaje apiñados en el cuarto de J.C. Fue el salón de plenos del ayuntamiento. Fue las galletas de la Paca. Fue ir en bici. Fue cortar calles. Fue dormir poco y salir mucho. Fue no descansar. Fue la furgoneta. Fue reírnos. Y reírnos a carcajadas. Y llorar de la risa. Y seguir riéndonos. Fue Azúcar en los labios.
Fueron Juanfran, Perea, Antonio, Inés, Joan, Juan Miguel, Juan, Javi, Ángela, Álex, Álvaro, Susana, Olga, Pedro.
Y fue Juan Carlos. Fue Raquel. Fue Fuensanta. Fue Karmen. Fue Vero. Fue Fulgen. Fue Juan. Fue Emilio. Fue Alejandro. Fue Sara. Fue David. Fue Gonzalo. Fue Toni. Fue Simón...
Fue algo grande.
Podéis comprobarlo en este vídeo turístico promocional sobre un día de excursión por la carretera de circunvalación de Madrid... ¡Una maravilla!
Estoy leyendo que han desvelado uno de los muchos misterios de la Mona Lisa. Al parecer ya se sabe quién era ella, la Gioconda, la mujer inmortalizó Leonardo. Dicen que era la esposa de un comerciante, Grancesco Giocondo (por eso lo de Gioconda), un vecino del artista. Bueno, es una pieza más de un cuadro misterioso, pero sigue quedando la intriga de su sonrisa.
No sé si prefiero esta pintura porque es bonita artísticamente, porque Da Vinci me parece un genio en todos los sentidos, o por el misterio que envuelve al retrato. Creo que es por lo segundo. Pero, aún así, las curiosidades siempre llaman la atención.
En cuanto obra de arte, no sólo me parece fascinante la sonrisa, sino también sus ojos. Porque no acabo de entender por qué me mira de reojo y se ríe, a veces con una carcajada contenida, otras veces como con pena, algunos días para burlarse de mí. El genio Da Vinci... Tal vez, si le preguntásemos, ni siquiera él sabría de qué se ríe Mona Lisa...
No sé si prefiero esta pintura porque es bonita artísticamente, porque Da Vinci me parece un genio en todos los sentidos, o por el misterio que envuelve al retrato. Creo que es por lo segundo. Pero, aún así, las curiosidades siempre llaman la atención.
En cuanto obra de arte, no sólo me parece fascinante la sonrisa, sino también sus ojos. Porque no acabo de entender por qué me mira de reojo y se ríe, a veces con una carcajada contenida, otras veces como con pena, algunos días para burlarse de mí. El genio Da Vinci... Tal vez, si le preguntásemos, ni siquiera él sabría de qué se ríe Mona Lisa...
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Ni te imaginas lo largos que pueden hacerse los siete minutos y medio que dura el camino de mi casa al metro en una mañana de lunes lluvioso. Ni te lo imaginas, porque no conoces el Metro y no conoces la lluvia... a veces dudo incluso que conozcas las mañanas. Y luego, escaleras abajo, el paraguas te moja, no encuentras el abono, la bufanda te asfixia, el bolso pesa demasiado, y el tren se burla de ti con su traqueteo constante al desaparecer dentro del túnel en el mismo instante en que pisas el andén. Descarado. Sólo vuela cuando le interesa. Pero todo se compensa si cuando llego a la redacción tengo un mensaje nuevo en mi bandeja de entrada y el remitente eres tú.
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...la vida un metro a punto de partir...
El 8 de abril de 2003, durante la invasión de Estados Unidos a Irak, el ejército americano abrió fuego contra el Hotel Palestina, en Bagdad. En él se alojaban periodistas y corresponsales y, en el tirotero, murieron José Couso, cámara de Telecinco, y Taras Protsyuk, reportero de la Agencia Reuters.
Hoy, la Audiencia Nacional, ha reabierto el caso y ha ordenado, por segunda vez (la primera fue en octubre de 2005 aunque, finalmente, se desestimó) la detención de tres militares que se encontraban dentro del tanque que efectuó los disparos. Porque la noticia afecta directamente a compañeros periodistas, tenía que contarlo. Espero que se haga justicia.
Una vez más, internet es también un cajón donde encontrar curiosidades graciosas.
Ya lo decían desde las tarimas de la facultad: que con las nuevas tecnologías todo el mundo tiene voz, que con la revolución de internet quien no publica es porque no quiere. Así que ya lo sabía, ya sabía que esto de escribir para el mundo era una realidad, pero me he hecho consciente estos días. Y me han entrado unas ganas imparables de ser parte de la sociedad de la información. Supongo que escribiendo para un periódico digital ya se es un poco partícipe de esa gran aldea global de la que se habla. Pero aún así, un blog es algo personal, algo propio… algo mío y sólo mío. Como cuando escribía un diario. Pero a lo grande, para todos… para todos los que lo encuentren en esta inmensa red, claro.
Aún no tengo muy claro qué voy a publicar. Descarté la política, para eso ya tengo elplural. Pero claro, la política es también parte de ese ojo que te mira…. Un ojo que te mira, eso quiero ser. Lo que yo mire, eso será lo que aparezca en el blog: lo que me rodea y lo que me pasa, lo que me gusta y lo que me disgusta, lo que pienso y lo que me gusta de lo que piensan otros… Todas esas cosas, supongo, de las que a veces me gustaría hablar: de la música, del cine, de la literatura, de mis cuentos, de la vida en general. Mi vida, claro. O mejor, la vida tal como la veo yo. Porque para eso es mi blog…
Veo el ojo que me mira, no sé qué esperáis de mí. Yo que muero cada día que tú te olvidas de mí... Soy un pez en una jaula, lo que quiero y lo que no, soy todo lo que me pasa... Tú me ves, yo no... (Fito&Fitipaldis)
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