oct
29

Pelaban las castañas aplastándolas entre las manos, casi quemándose, porque nadie quería esperar a que se enfriaran, y los dedos se iban tiznando de negro, pero no importaba. Soplaban el fruto arrugado antes de metérselo en la boca y, masticando todavía, iban directos a por el siguiente.
Y poco a poco el invierno iba matando al otoño.
Castañicas. Que ricas están. Ya he leído alguna cosilla en otro blog.
No conocía el nombre de calbotes.
Un beso Virginia
Me gustó el micro, Virginia, que crece en contenido lírico hasta la frase final: un mazazo. Bien llevado y mejor resuelto.
Abrazos admirados,
PABLO GONZ
Precioso, Virginia y "como todo lo que dura poco, sabe mejor que el resto de las cosas".
Lo que quizás yo retocaría son tantos pocos, cinco en un texto tan breve.
Yo tampoco conocía la palabra calbotes, aunque me encantan las castañas asadas, sobre todo en cartucho de papel de periódico :).
¿El invierno? ¿Ya? Deja, deja... que a mí me gustaría vivir en "un siempre verano". Castañas fuera :D
Besos
Virginia como siempre me gusta mucho tu texto, es una hermosa estampa. Creo como Elisa que hay muchos pocos, sólo a manera de sugerencia, podrías quitar el segundo: "...a que se enfriaran, y los dedos..."
O el cuarto: "y los dedos se tiznaban ligeramente de negro..."
Pero, y aquí sí voy a ser atrevido, me gusta la frase final; no obstante, la cambiaría. ¿Y si usas una metáfora?: son ellos, y no el invierno, los que al comerse las castañas van matando al otoño. O sea, algo así:
"Y entre calbote y calbote iban matando al otoño."
Es sólo una idea, toma o aparta lo que pueda servirte.
Abrazos.
Y yo que pensaba que lo mataba de frío y resulta que lo mata a fuego lento :)
Nada en otoño como el sabor de la castaña asada invadiendo la alameda (y si luego al comprarlas te tocan todas buenas ya es lo mas!)
Un abrazo y feliz noviembre!
Al fin puedo leer un micro tuyo. Me ha gustado. Tu estilo es inequívoco.
Blogsaludos
me encanta el ambientillo, como siempre... y qué viene luego? están en un bosque acampados? las acaban de coger? qué relación les une y cómo afecta al reparto? quiero más! :)
Torcuato, se llaman así en Cáceres, o al menos en mi pueblo, Higuera. A mí me parece una palabra preciosa! :)
Besos!
Pablo, muchas gracias, aunque exagerado lo de la amdiración (que no deja de ser un regalo para mi ego, más viniendo de un escritor como tú, jeje)
Besos!
Elisa, muchas gracias, y tienes toda la razón: demasiados pocos. Enseguida lo retoco :)
Como le dije a Torcuado, lo de calbotes viene de Extremadura.
Muchos besos!
AdR, jajajaja yo también me quedo con el siempre verano... pero si hay que elegir algo del frío, pues... ;)
Besos!
Gabriel, te doy la razón, igual que a Elisa, con lo de los pocos, en cuanto termine de contestar intentaré mejorarlo. Gracias por la sugerencia de la frase final, creo que tienes parte de razón, aún así, creo que voy a mantener la mía... en fin, veré lo que se puede hacer!
Un beso!
Carlos, jjajja, que sean todas buenas es mi sueño!! Por si acaso, el truco está en asar muchísimas tú mismo... claro, que no siempre es posible tener lumbre y sartén con agujeros en casa!
Feliz noviembre para ti también!
Adivín, sí, aquí estoy de nuevo, poco a poco!
Muchos besos!
Santamaría, jajajaja! Yo les veía sentados a la lumbre en el corral de casa, si un reparto establecido y unidos por el cariño y por las risas, pero eres libre de elegir los complementos que quieras para esta historia :)
Un beso!
Muchas gracias a todos por los comentarios!