feb
28

Los dioses necesitaban un acceso a su hogar que estuviera a la altura de las circunstancias.
Han pasado veinte siglos -tal vez alguno más, tal vez alguno menos- y ahora todos ignoran por dónde se entra al paraíso. Pero en este atardecer, y cogidos de la mano, será fácil encontrar la puerta a nuestro olimpo.
La foto, hace una semana
en Roma,
mientras atardecía en el Foro
en Roma,
mientras atardecía en el Foro